Las
Guerras Napoleónicas
Capítulo
XI
Enero
a diciembre de 1808
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de épocas y temas, todo disponible en esta página:
Inicio Guerra de
Independencia Española: 1808
- Campañas de
Lisboa y Madrid
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Las Guerras Napoleónicas: Capítulo
XI
Inicio de la Guerra de
Independencia Española: 1808
16 febrero
1808:
Tropas francesas ocupan la ciudadela de Pamplona.
17 febrero
1808:
Retirada española de
Portugal
Godoy, el Príncipe de la
Paz y Secretario de Estado del rey Carlos IV de España, ordena que
retornen a España los soldados que ocupan Portugal, en apoyo al
contingente francés al mando del general Junot, según lo acordado el año
pasado en el Pacto de Fontainebleau..
La Península Ibérica ha sido
ocupada subrepticiamente por el ejército francés desde octubre del
pasado año, aprovechando que está prácticamente desguarnecida de
tropas regulares españolas. Demasiado tarde,
Godoy teme que la creciente presencia de soldados galos en el reino
supone una grave amenaza a su independencia, a pesar de ser oficialmente
un estado aliado de
Francia.
El ejército español cuenta sobre
papel con 107.000 soldados y 30.000 milicianos provinciales, encuadrados
en 35 regimientos de línea y 10 regimientos extranjeros, que son los
más veteranos, como los de Irlanda, Hibernia, Nápoles o Ultonia. El
del Marqués de la Romana se halla con 14.000 soldados de estos
regimientos en Dinamarca, y otros 16.000 ocupan Portugal.
Pero entre los regimientos
situados en América, Dinamarca y Portugal, y el precario estado del ejército, tan sólo
habrá en España 5.000 soldados en condiciones de combatir; a
estos habría que sumar las tropas de la Casa Real: 3 compañías de
Guardias, otra de alabarderos, un regimiento de infantería, la Guardia
Valona y 5 escuadrones de carabineros. Los franceses desplegarán en
breve 100.000 soldados en España y Portugal..
Napoleón recibirá la noticia del
repliegue español el 7 de marzo, considerándolo una ruptura de lo
acordado en Fontainebleau. Ordenará a Junot que destaque a 7.500
soldados franceses en Elvás para evitar acciones hostiles y vigilar de
cerca los movimientos de los españoles, mandando más tropas a través de
los Pirineos para ocupar las ciudades al norte del Ebro.
Los 6.000 soldados del general
Solano se retiran de Alemtejo y los Algarbes a Badajoz y el general
Carrafa repliega otros 10.000 de Beira y Tras os Montes a Galicia. Los
franceses seguirán al grupo de Solano, sin llegar a iniciar una acción
hostil.
20 febrero 1808:
Napoleón
pone al mariscal Murat al mando del ejército francés en España.
20 febrero
1808:
Tropas francesas entran en Barcelona.
29 febrero
1808:
Tropas francesas ocupan los
fuertes de Barcelona.
17 a 19 marzo 1808:
El Motín
de Aranjuez.
Carlos IV de Borbón, rey de
España, intenta realizar un programa reformista que mejore su modelo de
estado, conocido como el Antiguo Régimen, en franca crisis política y
militar.
La crisis política está
protagonizada por la propia familia real: el Príncipe de Asturias,
Fernando, odia a su padre y a su protegido, el Secretario de Estado
Manuel Godoy, que prácticamente es quien rige la nación. El año pasado,
Fernando intentó derrocarles a todos, pero el complot fue descubierto y
el asunto se zanjó en los Procesos del Escorial, quedando los implicados
libres.
El panorama político español está
dominado por el poderoso estado vecino, el Imperio Francés. Un grupo de
aristócratas e intelectuales admira sus planteamientos más innovadores,
algunos herederos de la Revolución Francesa. Estos "afrancesados" apoyan
las ambiciones del príncipe Fernando, creyendo que haría reformas
similares a las francesas: son los llamados "Fernandinos".
La debilidad militar española se
origina en los exiguos presupuestos de la Hacienda, la ruina del Banco
de San Carlos, que gestiona los contratos de aprovisionamiento, y la
corrupción administrativa de los funcionarios implicados, resultando que
el Ejército Español y la Real Armada han perdido casi todas las
contiendas libradas en las últimas dos décadas.
La integridad territorial de
España está comprometida por su precaria defensa nacional, debiendo
depender de Francia, con la cual suscribe una serie de tratados de
alianza que resultaban cada vez más perjudiciales, a medida que la
hegemonía francesa sobre los españoles aumenta, a costa de sufrir estos
graves pérdidas, que culminaron en la derrota de Trafalgar.
El último de estos acuerdos, el
Tratado de Fontainebleau, suscrito en octubre del pasado año, consentía
a un contingente de tropas francesas atravesar y asentarse en territorio
español. Los soldados franceses, bien armados, equipados, adiestrados y
con experiencia en combate, superan ya en número a los españoles que
podrían oponérseles en iguales condiciones.
Godoy, ferviente partidario de los
pactos con Francia, se percata demasiado tarde del peligro que
representa el despliegue del Ejército Francés en suelo español,
deduciendo que si Napoleón no se decide a invadir Portugal a pesar del
tiempo transcurrido, quizás es por que planea antes anexionar España a
sus dominios, como ha hecho con otros estados europeos.
El Secretario de Estado sugiere a
Carlos IV su salida inmediata del Palacio Real de Madrid partiendo hacia
la ciudad de Aranjuez, desde donde podría llegar con rapidez a Sevilla y
zarpar rumbo a las colonias en América; la solución adoptada ya por el
amenazado rey de Portugal.
El 17 de mayo, los Fernandinos,
enterados de la huída, denuncian a Godoy por haber tramado un complot
que pretende exiliar a los reyes para quedarse con el poder absoluto.
Una muchedumbre enfurecida se agolpa ante la residencia del Secretario
de Estado, que logra esconderse. La multitud se venga saqueando sus
enseres e incendiando el mobiliario.
El día 19 de mayo los disturbios
continúan en Madrid, donde el populacho, exacerbado hasta el histerismo
por discursos y panfletos fernandinos, asalta el Palacio Real,
encontrado a Godoy oculto en el interior de una alfombra enrollada,
siendo conducido a golpes a un calabozo en el cuartel de la Guardia
Real. Carlos IV se ve obligado a fingir su desacuerdo con las
intenciones de su secretario para salvarle la vida, destituyéndole y
ordenando su encarcelamiento.
Los Fernandinos, la mayoría
aristócratas, oligarcas e intelectuales apoyados por autoridades
eclesiásticas y algunos oficiales del Ejército, presionan sobre el
gabinete real, desprestigiando la legitimidad del monarca por su
intentona de huída, exigiendo una inmediata abdicación en su hijo como
única forma de traer la paz social. Agobiado y temiendo por Godoy,
abdica a mediodía.
Fernando
VII de Borbón "El Deseado" pasa así a ser el nuevo rey de España,
iniciando uno de los peores períodos de su historia.
23 marzo 1808:
Murat ocupa Madrid.
Según lo acordado en el Tratado de Fontainebleau
en octubre del pasado año, el gobierno español ha consentido a las
tropas de Napoleón atravesar la Península Ibérica con la intención de
invadir Portugal. Desde entonces, unos 65.000 soldados han entrado ya en
España, y otros 35.000 estarían de camino a los Pirineos.
En teoría los franceses pretenden
asentar una ruta de suministros y comunicaciones para mantener su
campaña en Portugal, pero en realidad se limitan a ocupar ciudades como
Figueras, Barcelona, San Sebastián, Pamplona, Burgos y Salamanca,
levantando suspicacias entre sus habitantes, que contemplan como los
soldados demoran el inicio de la invasión lusa.
Sin
embargo, tras la crisis sucesoria desatada en Aranjuez, el emperador Bonaparte cree
que los franceses serán bien acogidos en Madrid, la capital del reino, para
supuestamente apoyar al nuevo rey Fernando VII, que cuenta con un
importante grupo de seguidores "afrancesados", pero también de
opositores, los partidarios de su padre, el recién depuesto Carlos IV.
El 18 de Marzo un bando anuncia a
los madrileños que entrarán soldados franceses en la villa,
recordándoles que han de tratarlos bien, pues ya se han dado reacciones
contrarias a la soldadesca en otras ciudades donde se han asentado,
debido a sus comportamientos
abusivos.
Hoy entra en Madrid el Duque de
Berg y cuñado de Napoleón, el mariscal Murat, quien se comportará de
modo despótico: no reconoce ninguna autoridad por parte de la Junta
Suprema nombrada por Fernando VII para gobernar España en su ausencia.
Mas tarde se atreverá a exigir la devolución de la espada del antiguo
rey francés Francisco I, derrotado por Carlos I en Pavía en 1525, pieza
conservada en la Armería Real de la villa.
Murat para revista a sus tropas
todos los domingos, en un desfile público desde la calle de Alcalá
hasta el Paseo del Prado. Los madrileños se sienten ofendidos; y ya el
domingo 1 de mayo manifestarán su disgusto silbando al gran Duque de Berg
y a su Estado Mayor al atravesar la Puerta del Sol, dirigiéndoles
insultos, injurias y burlas.
2 abril 1808: El rey Fernando VII emite un decreto condenando a los españoles recelosos de los franceses.
10 abril 1808: Napoleón invita a Fernando VII a reunirse con él en Bayona
18 abril 1808:
Motín de Burgos
Después de que Napoleón obtuviese permiso para enviar tropas a través de España por el Tratado de Fontainebleau el año pasado, el primer objetivo de los ejércitos del Imperio Francés fue ocupar las ciudades hispanas en la ruta hasta la frontera de Portugal, para asegurar su ruta de comunicaciones y suministros. Una de estas plazas logísticas es Burgos, donde se acantonaron los 4.000 soldados al mando del general Bessieres.
La soldadesca comenzó a causar problemas a la población progresivamente; pues a las primeras amables y educadas solicitudes de alojamiento, manutención, bienes y servicios se sucedieron exigencias descaradas, que vienen concluyendo en deudas impagadas, escándalos públicos y abusos cívicos de tota índole. Los burgaleses son los primeros españoles en descubrir que los franceses se comportan como conquistadores.
Hoy una muchedumbre de artesanos, armada con palos, herramientas, escopetas y algunas pistolas se reúne en la plaza del mercado gritando "- No hay justicia en Burgos...!" dirigiéndose luego a Huerta del Rey, cuartel general de la división francesa. El general Lefebvre moviliza un destacamento de infantería que abre fuego contra los insurgentes, asesinando a cuatro de ellos. Esta es la primera insurrección antifrancesa en España.
20 abril 1808:
Secuestro de Fernando VII
El emperador Napoleón aprovecha la grave debilidad militar de España y la sumisión a Francia del Secretario de Estado, Manuel Godoy, para implantar su hegemonía en la Península Ibérica, convirtiéndola en otro estado satélite del Imperio Francés, como ha hecho ya con media Europa.
Para reducir la resistencia del pueblo español, Bonaparte decide ocultar sus intenciones ofreciéndose a intervenir como mediador en el conflicto sucesorio surgido en el reciente Motín de Aranjuez,.en cual Carlos IV encarceló a Godoy pero fue derrocado por su hijo, Fernando. Este cuenta con las simpatías de los liberales españoles admiradores de las reformas que siguieron a la Revolución Francesa, los llamados "afrancesados".
Napoleón invitó a Fernando VII, que le idolatra, a dirigirse a Bayona para concertar un enlace matrimonial ventajoso y concretar los términos de su ayuda, con el fin de instaurar un nuevo modelo de estado moderno similar al francés, acabando con el decadente Antiguo Régimen, y haciéndole entrever que los soldados desplegados en España son sus mejores aliados contra los partidarios de su odiado padre, Carlos IV.
Hoy el monarca llega a Bayona, siendo recibido por el propio Emperador y el famoso diplomático Talleyrand. Bonaparte propone a Fernando VII que la mejor manera de llevar estabilidad política España sería que abdicase a favor del Imperio Francés, sacrificio a cambio del cual recibiría el reino de Etruria, con un año de su renta económica por adelantado, concediéndole además en matrimonio a una de sus sobrinas.
Fernando VII se muestra reluctante, siendo retenido cortésmente en un ambiente suntuoso, incomunicado del mundo exterior por constantes atenciones, agasajado con lujos que le distraen de cualquier pensamiento de cautividad. El gobierno y el pueblo español desconocen estas circunstancias, creyendo que su rey está retenido contra su voluntad, cuando en realidad esta ha sido anulada casi por completo, seducida por fruslerías cortesanas.
24 abril 1808: Levantamiento y reclutamiento de tropas a favor de Fernando VII en León.
30 abril 1808:
Secuestro de Carlos IV
Napoleón ha fracasado en la obtención del trono de España a manos de Fernando VII, asi que decide intentarlo con su padre, Carlos IV, a pesar de que fueron las tropas francesas quienes le coaccionaron a abdicar en el entonces Príncipe de Asturias durante el Motín de Aranjuez, que trató de evitar arrestando a su político predilecto, Manuel Godoy, Secretario de Estado, Príncipe de la Paz y ferviente afrancesado.
Carlos IV es invitado por Bonaparte a Bayona con la promesa de reencontrarse con su favorito, al que los militares franceses sacan de la cárcel para malestar de las autoridades españolas, diciéndole además que su hijo Fernando estaría dispuesto a retractarse de lo sucedido en Aranjuez, deseando entablar negociaciones para devolverle la corona de España a cambio de alguna compensación, lo cual es absolutamente falso.
Hoy el
anterior monarca de España llega a Bayona acompañado de su esposa Maria Luisa, encontrándose con Godoy, recién llegado de Villaviciosa. En cuanto pisa suelo francés, Carlos IV declara nulos los documentos firmados en Aranjuez, alegando que fueron rubricados contra de su voluntad y bajo amenazas, culpando a Fernando de usurpar el trono, comunicándole en una carta que sus seguidores,
los "Fernandinos", serán juzgados por rebeldía y traición.
Napoleón descubre lo profunda que es la fisura de la monarquía española y empieza a concebir un plan para hacerse, al menos legalmente, con el reino de España, presentándose así mismo
en principio como mero conciliador.
De momento Carlos IV y su esposa quedarán confinados en Bayona, al igual que su hijo Fernado VII, prisioneros en un ambiente de pomposa ostentación, e incomunicados de cuanto ocurre al sur de los Pirineos.
2
mayo
1808:
Levantamiento del Dos
de Mayo.
Los españoles se van percatando de que las tropas francesas, excusándose en la invasión Portugal pactada en el Tratado de Fontainebleau en octubre del pasado año, han ocupado subrepticiamente varias plazas fuertes y ciudades, controlando depósitos de armamento y municiones, dejando al pueblo casi indefenso. Los franceses abusan de la hospitalidad hispana, tornándose arrogantes, exigentes e incluso autoritarios.
Tras retener a Fernando VII y Carlos IV en Bayona, Napoleón se arroga el derecho de ceder la corona de España a quien desee, concediéndole el apoyo de las tropas que tiene destacadas en la Península.
Hace creer al pueblo español que es una situación transitoria y que fallará a favor de uno u otro, pero en realidad pretende que ambos abdiquen a su favor, pensando en entregarle la corona a uno de sus familiares, para sojuzgar España al Imperio Francés como ha hecho con otros estados europeos..
Para no dejar libre ningún otro pretendiente que pueda enfrentarse a sus designios, ordena secuestrar a los tres infantes de la Casa de Borbón que quedan en
España: Antonio, Francisco y la Reina de Etruria, que deberán ser conducidos a Francia cuanto antes. El mariscal Murat, Duque de Berg, está en Madrid y será quien organice la operación.
Hoy hacia las 07:00 horas comienzan los preparativos del convoy que trasladará a los infantes españoles a Bayona, que consistirá en dos carruajes de lujo escoltados por un escuadrón de caballería al mando de Lagrange. La noticia se conoce pronto en Madrid y los ciudadanos se agolpan desde el amanecer en las inmediaciones del del
Palacio Real.
A las 09:00 horas de la mañana, los vecinos congregados ante el
Palacio empiezan a increpar a los soldados franceses, bloqueando las puertas e impidiendo el traslado de los
infantes de la familia real: "- Que nos los llevan...! "
gritan fervientes las madrileñas.
En el clamoroso forcejeo
con el retén de franceses, que se prolonga una hora y media, los vecinos
cortan las correas que unen los caballos a los carruajes, y un oficial
francés se libra de ser linchado por la intervención de otro oficial
español y una patrulla francesa.
Pasadas las 10:30, Murat, que reside cerca del Palacio Real, escucha la algarabía y envía un batallón de infantería con 2 cañones ligeros de
campaña que, sin intimidación previa, realizan una descarga de
fusilería y metralla sobre la muchedumbre allí congregada. El aterrado gentío huye de la plaza de
armas, dejando atrás muertos y heridos, dispersándose por todo Madrid vociferando vengativo:
"- Muerte a los franceses! "
Muchos madrileños se van
congregando en la Puerta del Sol portando sables, trabucos, navajas o
escopetas de caza, enfrentándose a los
batallones de soldados y patrullas de francesas que encuentran.
A las 10:15 de la mañana, un grupo de madrileños asesina al soldado francés que montaba guardia ante la puerta del cuartel de San Nicolás. Una temeridad, pues el mariscal Murat dispone en Madrid de unos 35.000 soldados bien armados y adiestrados, mientras los civiles amotinados no superan
los 7.000 que actúan espontáneamente, sin tácticas ni un mando
organizado.
El Capitán General de Madrid, Francisco J. Negrete, concluye que con todos los soldados
españoles de las guarniciones locales, unos 3.000, no puede impedir el
secuestro de los infantes reales ni ayudar al populacho, tanto por su
inferioridad como por la dificultad de ocultarlo a los
observadores franceses destacados junto a ellos, ordenando cerrar todos
los cuarteles de la villa
La Junta Suprema de Gobierno,
que fue nombrada por Fernando VII para administrar España durante su
ausencia,
también se abstiene de intervenir para evitar males mayores, delatándose
para muchos como partidaria de los "gabachos".
Tras enterarse de que varios franceses han caído, el mariscal Murat cursa ordenes a
todos los acuartelamientos de reprimir la insurrección de forma
tajante. Los franceses aparecen por las calles de Alcalá, Carrera de
San Jerónimo, Toledo, Mayor, Ancha de San Bernardo, Fuencarral y
Montera, convergiendo en la Puerta del Sol y otros puntos estratégicos
de la villa, como el Paseo del Prado, y los acuartelamientos militares
de la capital.
Desde las 11:00 horas se combate en la Puerta del Sol y calles aledañas, escuchándose oleadas de griteríos y disparos. Un cuarto de hora después comienzan a llegar las unidades de caballería, como los temidos jinetes Mamelucos, los Lanceros polacos y Dragones franceses. Hacia las 12:00 horas comienzan a desplegarse las unidades de infantería, apoyadas con artillería
La infantería francesa
forma líneas en las calles, barriendo al gentío o ahuyentándolo con
descargas cerradas de fusilería y cañonazos de metralla. Los jinetes mamelucos y polacos
entran por las bocacalles y cargan contra los madrileños, arrollando a la
muchedumbre
y dispersándola por completo sobre las 13:00 horas, sumiendo la ciudad acostumbrada al bullicio en un silencio desolador, aunque la lucha continúa en el Parque de Monteleón.
A las 11:45 horas, unos vecinos apiñados ante el Parque de Artillería del Palacio de Monteleón suplicaron
una vez más armas para defenderse. Velarde y Daoiz, capitanes al mando de la guarnición de
sólo 70 soldados, desobedecen la orden de la capitanía general,
arrestan a los observadores franceses y autorizan el reparto de armas, permitiendo
entrar a los paisanos.
Enardecidas de ardor patriótico,
unas 100 personas entran en el cuartel. Daoiz asume el mando de los
soldados profesionales y las baterías, mientras Velarde se encarga de
armar, instruir y organizar a los civiles
en la medida de lo posible. En 15 minutos logran posicionar 3 cañones en
el portón, cuando acude el batallón de Wesftalia y una unidad de
Granaderos de la Guardia, enviados por Murat para ocupar el cuartel.
El general Lafranc
hace un llamamiento a la rendición que los encerrados ignoran. En
las dos horas siguientes, los infantes alemanes realizan sendos asaltos infructuosos
contra los defensores, sufriendo muchas bajas por disparos y cañonazos, antes de
realizar un tercer asalto en el cual entran el Parque, sucediéndose un
duro combate a sables, garrotes, bayonetas, navajas y culatazos; que
finaliza sólo con la muerte de todos los españoles hacia las 14:00 horas.
El de Monteleón es el
último combate relevante del Levantamiento. Murat dicta poco
después un bando de siete artículos, ordenando fusilar a todo aquel que
fuese capturado portando un arma.
Los franceses realizan arrestos
indiscriminados y comienzan a fusilar decenas de civiles desde las
15:30 horas, continuando al día siguiente, hechos de los que dará
constancia el pintor Francisco de Goya en su célebre cuadro "
Fusilamientos del 3 de mayo " en la Moncloa, otros fusilamientos se
dan en el Prado, el Retiro y en la Montaña del Príncipe Pío.
Así comienza la Guerra de Independencia Española. Durante el
levantamiento, los franceses sufren 960 bajas, los españoles tienen
409 muertos y 170 heridos; los fusilados identificados ascienden a 144,
pero habría bastantes más, pues muchos cadáveres no son reclamados.
El alcalde de Móstoles
es el primer representante popular en llamar al pueblo a las armas
contra los franceses: " - Españoles, la Patria está en
peligro..." Pero Murat hará llegar a Napoleón un preciso informe
diciendo que el ejército español es muy reducido, poco armado y
precariamente uniformado, lo cual es cierto.
El Emperador se dispone a
dominar militarmente España enviando tropas al mando de los siguientes
generales y destinos: Saint Cyr a Cataluña, Moncey a Valencia, Dupont a
Andalucía, Lefebvre y Desnouttes a Zaragoza, Reille a la Mancha,
Duhesme cerca de Portugal, donde está Junot. Bessiéres asegurará la
ruta de Francia hasta Madrid.
La Guerra de
Independencia Española ( 1808-1814 )
2
mayo
1808: Alzamientos
antifranceses en capitales de Portugal, como Oporto.
5
a 10 mayo
1808:
Abdicaciones de Bayona.
Napoleón ha planeado hacerse con la corona de España valiéndose de una antigua fórmula legal propia de las monarquías: la abdicación, la cesión contractual de los derechos al trono por parte de quien los ostenta a otra
persona, aunque no sea pariente consanguíneo.
Bonaparte retiene en la ciudad francesa de Bayona a Carlos
IV que fue rey español hasta ser recientemente derrocado por su hijo Fernando VII, que odia a su padre mientras admira profundamente al Emperador francés, que los mantiene con todo lujo de atenciones en estancias separadas, incomunicándoles del exterior.
El 5 de mayo, y sin que Fernando VII se entere, el Emperador ofrece a Carlos IV una pensión anual de 30 millones de reales y asilo vitalicio en Francia junto a su esposa y su predilecto Secretario de Estado, Manuel Godoy, a cambio de abdicar el trono en su persona, lo cual acepta, presumiblemente amenazado de muerte.
El 6 de mayo Napoleón obtiene de Carlos IV otro documento por el cual toda la familia de la Casa Borbón española renuncia a sus derechos sobre el trono de España.
El 10 de mayo, tras permitir que Fernando VII se enterase de forma sesgada del levantamiento del pueblo de Madrid contra los franceses, el Emperador le oferta una pensión anual de 4 millones de reales y una residencia de lujo a cambio de abdicar a favor de su padre y nombrar al mariscal Murat como Lugarteniente General del Reino de España. Burlado, el ambicioso joven firma.
Napoleón consigue así el trono de España, pero no cumplirá varias promesas hechas a la depuesta familia real española. Fernando VII, su hermano el infante Carlos María Isidro y su tío Antonio Pascual serán confinados en el castillo de Valençay desde este día, disfrutando de fiestas y cacerías durante los próximos 6 años.
23
mayo
1808:
Los Ingenieros de
Alcalá de Henares.
Los 700 soldados del batallón
ingenieros de Alcalá de Henares son las primeros del Ejército Español
en alzarse contra las tropas francesas. Desobedeciendo las órdenes del
mariscal Murat y sus amenazas, abandonan su cuartel y se marchan a
Valencia con la caja del cuerpo, conteniendo esta millón y medio de
reales. Los valencianos les reciben con gran entusiasmo. Este hecho
marca el inicio de las acciones de insurrección hispanas contra los
ocupantes franceses.
24
mayo
1808: Se
forma en Oviedo la primera Junta Provincial española contra los
franceses.
24
mayo
1808: El
general Gullielmi es destituido en Zaragoza y encarcelado.
24 mayo 1808: Manifestación en León a favor de la restauración de Fernando VII
24
mayo
1808: Revueltas
antifrancesas en Badajoz y Cartagena.
25 mayo 1809: Proclama de Napoleón anunciando el cambio de régimen en España.
25 mayo 1809:
La Junta Provincial de Asturias
se proclama independiente de Francia.
27 a 30 mayo 1808:
Las Juntas
Provinciales.
La abdicación del rey Fernando VII en Francia, la creciente presencia militar francesa en España y el levantamiento popular de Madrid sumen al pueblo español en una gran incertidumbre sobre su futuro. En León, una muchedumbre de ciudadanos toma las calles, obligando al ayuntamiento a constituir una Junta Provincial como se hizo en Oviedo, esperando tranquilizar así a los vecinos.
Pero los leoneses siguen
preocupados y con los ánimos exaltados. Las autoridades eclesiásticas
intervienen, celebrándose el día 27 otra reunión en el Palacio
Episcopal, creando una institución más relevante, que asegure la paz
social así como la independencia y mantenimiento de la administración
local al margen de la inestable coyuntura política, constituyéndose tres
días después la Junta Suprema de León, a imitación de la que el rey
nombrase en Madrid.
El próximo 1 de junio, la Junta Suprema se arroga el poder ejecutivo provincial en nombre de Fernando VII, con potestad para el cese y nombramiento de cargos civiles y militares, al margen de los designios de las autoridades designadas desde Francia o por los ocupantes franceses y sus partidarios.
La administración centralizada del reino de España irá desapareciendo a
medida que se crean más Juntas provinciales, que llegarán a sumar trece.
Las Juntas comienzan a actuar por
separado, pidiendo ayuda militar a Inglaterra: la de Valencia suplica
que levante el bloqueo de Cádiz y Mahón, Mallorca mandará un emisario a
Londres, Murcia pide un préstamo de millón y medio de pesetas para
rearmarse; Granada negocia el desarme de los soldados ante Gibraltar;
Sevilla pide barcos para repatriar el contingente del Marqués de la
Romana, y la de Asturias comienza a negociar una alianza militar...
27
mayo
1808: El
pueblo de Cádiz destituye el cabildo, por ser partidario de los
franceses.
29
mayo
1808: El general Solana es asesinado
en Cádiz por el falso rumor de ser afrancesado.
30 mayo
1808: Revueltas
antifrancesas en Granada y La Coruña.
30 a 31 mayo 1808:
Las Juntas de Armamento y Defensa.
Los vallisoletanos, leales partidarios de Fernando VII, salen a protestar por las calles de la capital profiriendo gritos a favor del rey y en contra del Capitán General de Castilla la Vieja, el general García Cuesta, acusándole de pasividad ante la ocupación francesa.
Los ciudadanos, apoyados por el clero, se concentran en la plaza mayor ante el ayuntamiento, donde reciben el respaldo del consistorio, atreviéndose a exhibir una horca y vociferar amenazas de muerte contra el general si no ordena formar una milicia contra los invasores.
El próximo 2 de junio el general
Cuesta crea la primera Junta de Armamento y Defensa española, organismos
encargados de gestionar el reclutamiento de tropas y el acaparamiento de
armas y abastecimientos con los cuales organizar guarniciones en las
poblaciones y unidades militares de campaña. Por lo común se reclutan varones sanos entre 16 y 40 años.
Estas Juntas de Armamento estarán
supeditadas a las Juntas Supremas o Provinciales en los aspectos
administrativos y a las Capitanías Generales en los militares; de las
cuales habrá dos: la del general Palafox en Zaragoza, y la del general
Cuesta en Valladolid
31 mayo 1808: Manifestación antifrancesa en Zamora
2 junio 1808: Se crean las Juntas de Armamento de Valladolid y Zamora.
3 junio 1808: Levantamientos antifranceses y Juntas de Armamentos en Segovia, Palencia y Soria.
3 junio
1808: Los
franceses fusilan a varios españoles en Barcelona por intentar una
rebelión.
4 junio 1808: Levantamiento antifrancés en Salamanca.
5 junio 1808: Los habitantes de Ciudad Rodrigo asesinan a su gobernador, por afrancesado.
5 junio 1808: Se crean Juntas de Armamentos en Salamanca, Ciudad Rodrigo y Astorga.
6 junio
1808:
Comienzan los
Desastres de la Guerra.
Como sucedió en un número
creciente de municipios españoles, el pasado 3 junio los ciudadanos de
Palencia salieron a la calles exigiendo a sus autoridades la entrega de
armas para luchar contra los invasores franceses. El anciano general
Tordesillas organizó la Junta de Armamento y Defensa de Palencia,
enviando proclamas patrióticas a todos los ayuntamientos animando a
todos los hombres sanos de la región a luchar por su patria.
El mariscal francés Bessiéres,
cuyas tropas están acantonadas en Burgos, teme que el levantamiento de
los palentinos pueda cortar su ruta de suministros y comunicaciones con
Francia, ordenando al general Merle que se replegase de Santander para
ayudar al general Lasalle a aplastar a los rebeldes de Palencia,
saliendo este de Burgos el 4 junio.
Hoy, Lasalle y Merle se encuentran
en el pueblo de Dueñas, reuniendo una división de infantería apoyada por
varias unidades de caballería, sumando en total unos 6.000 soldados. Al
entrar sus Dragones exploradores en la villa de Torquemada, encuentran
el puente barricado, siendo recibidos por disparos de unos 500
palentinos, quienes, parapetados en sus casas y la pequeña iglesia
local, piensan luchar con escopetas y aperos, ignorando el tamaño del
contingente francés.
El temerario asalto palentino
causa algunas bajas entre los jinetes franceses, que se retiran en medio
de los gritos de júbilo de los españoles, informando haber sido atacados
a traición, encontrando fuerte resistencia. Lasalle ordena tomar la
villa, pensando hallarse ante un grupo considerable de milicianos
ocultos en el pueblo, los proscritos por Bessiéres.
Hacia las 17:00 horas comienza la
embestida propia de los ejércitos del Imperio Francés: una unidad de
Zapadores vuela la barricada del puente al amparo de fuego de artilleros
y fusileros, pasando los Granaderos al asalto apoyados por caballería.
Los pobres vecinos comprenden entonces su grave error de apreciación y
huyen despavoridos, mientras los franceses les masacran a sablazos y
bayonetazos dentro y fuera de sus casas, sin misericordia alguna.
Un último grupo de palentinos
aguanta encerrado de la iglesia de Santa Eulalia tras haber tapiado
apresuradamente la puerta con cascotes, abriendo fuego desde el
campanario. Los franceses derriban el frágil muro e irrumpen en el
templo, asesinando a los defensores y a sus paisanos desarmados allí
refugiados. Luego asolan las granjas, bodegas y caseríos de la zona,
incendiándolos después de haber robado bienes, enseres, ganado y
vituallas.
El primer gran saqueo francés de
una localidad española se salda con decenas de muertos. Han sido
sustraídos unos 517.000 reales en moneda de la iglesia y una ermita
cercana, despojadas además de sus objetos de culto, un sacrilegio más
entre cristianos. Las pérdidas privadas no han sido tasadas. Todos los
supervivientes han escapado a otras localidades cercanas, donde la gente
también huirá presa del temor a la llegada del enemigo.
Las tropas de Lasalle merodearán
sin oposición por los campos de Palencia durante las dos próximas
semanas, saqueando y matando para desalentar cualquier posible
insurrección, a la par de abastecerse. El obispado palentino pagará un
tributo a Bessiéres para sufragar los gastos de manutención de sus
guarniciones y saciar las ansias de botín. Pero los campesinos estarán
expuestos a actos de rapiña sutil siempre que haya franceses cerca.
Incontables situaciones similares
o peores que esta se sucederán en todo el territorio español durante los
próximos 5 largos años de ocupación francesa, soliviantando a los
hispanos a alzarse contra un ejército que los afrancesados presentaban
como civilizado y modernizador.
Los ejércitos imperiales
acostumbran a saquear el patrimonio cultural de todos los estados que
ocupan; sea para mantenerse, llenar museos y bibliotecas de Francia o
por pura codicia individual. España no es una excepción. Así serán
desposeídos los documentos del castillo de Simancas, los volúmenes de la
Biblioteca Real, los tapices de la Real Fábrica o las obras de arte del
Escorial... muy pocas localidades e instituciones se librarán de la
rapiña francesa.
Con los expolios se inicia una
vorágine de odio, lucha sin cuartel, miedo, represión y barbarie, pues
junto a los robos no será infrecuente que la soldadesca asesine a
quienes intenten resistirse y cometa violaciones de mujeres, incluso
monjas. Los civiles no podrán defenderse, pero si vengarse, devolviendo
a los invasores su misma crueldad; al principio asesinando de noche a quienes tengan la imprudencia de confiarse y alejarse de los suyos.
Españoles y franceses inician así
una escalada de brutalidad. Pronto será una práctica común en España
torturar a prisioneros y mostrar cadáveres descuartizados en las veredas
de los caminos, tal y como retratará el pintor Francisco de Goya en su
serie "Los Desastres de la Guerra".
6 junio
1808: Se
publica en España el Bando de Movilización general contra Francia.
6 junio
y 14 julio 1808:
El Tambor del Bruch
Desde Barcelona parte una
columna de 4.000 soldados
franceses al mando del general Schwartz con la misión de asegurar la
zona de Lérida y Manresa, donde se han dado levantamientos populares
antifranceses. Una vez asegurad, podría pasar por la zona un ejército
para reforzar a las
tropas del general Moncey en Tortosa.
La columna de Schwartz es
emboscada en las cañadas del Bruch por tan sólo
unos 400 somatenes, milicianos voluntarios de Manresa,
Igualada, Sallent, y Sampedor, atacando estos con altisonantes redobles de
tambor, a lo que los franceses responden formando en cuadro. Debido al
eco de los tambores y al nutrido fuego somatén, los franceses creen que el número
de atacantes es muy superior por haber entre ellos soldados
regulares del ejército español, retirándose en desbandada hacia
Barcelona. Los somatenes, excelentes tiradores, les causan 360 bajas y
les capturan 60 caballos.
El 14 de julio los
franceses intentarán volver a atravesar las cañadas del Bruch, esta
vez Schwartz contará con los refuerzos del general Chabrán, pero su
asalto es rechazado de nuevo por los somatenes, más y mejor
organizados. En consecuencia, el ejército de Moncey no podrá ser
reforzado cuando marche sobre Valencia.
8 junio
1808:
Tropas francesas al mando de Dupont ocupan Córdoba.
8 junio
1808:
José Bonaparte es nombrado
por Napoleón rey de España, pero se niega.
8
junio 1808:
Combates en Tudela, en
Navarra, y en el Puente de Alcolea, en Andalucía.
10 junio
1808:
Motín antifrancés del
regimiento español Murcia, en Portugal.
10 junio
1808: Combate
del Llobregat, en Cataluña.
12 junio 1808:
Combates en Mallén, en
Aragón, y en el Puente de Cabezón, en León.
14 junio
1808:
Comienza el I Sitio de Zaragoza.
14 junio
1808:
Rendición de buques
franceses en Cádiz.
Después de la derrota de
Trafalgar, acaecida hace 3 años, los navíos franceses Héroe, Neptune,
Venceteur, Plutón y Algeciras, así como la fragata Cornelia, se
hallaban fondeadas en el puerto gaditano al mando del vicealmirante
Rosilly, inmóvil por el Bloqueo Continental de la Royal Navy. Tras el
levantamiento antifrancés de Cádiz, los españoles le piden el 30 de
mayo entregar su flota. Hoy el vicealmirante rinde a los españoles su
escuadra, tras ser cañoneada por barcos pequeños y una batería los
pasados días 9 a 10 de junio.
20 a 21 junio 1808:
Las tropas del general
Duhesme intentan sitiar Gerona.
21 junio 1808:
Combate del río Cabriel,
en Valencia.
23 junio 1808: Tropas francesas del general
Merle ocupan Santander.
5
julio
1808:
José Bonaparte es designado
de nuevo por Napoleón rey de España, y acepta.
8 julio
1808:
Napoleón ordena la redacción
de una Constitución para España.
14 julio
1808:
Batalla de Medina de Ríoseco.
El día 6 de julio
Gregorio de la Cuesta, capitán general de Valladolid, y el general Blake
planean atacar a la aislada guarnición francesa de Palencia, al mando
del general Lasalle, para cortar las rutas de comunicaciones y
suministros de los invasores entre Madrid y la frontera de su país.
Las maniobras españolas
son advertidas por Napoleón. El mariscal Bessiéres sale de Burgos,
llegando a Palencia el 9 de julio, marchando hacia Benavente al mando de
dos divisiones y dos brigadas de infantería, un cuerpo de caballería y
otro de la Guardia Imperial, en total unos 14.400 soldados y 32 cañones.
El día 13 de julio los
franceses llegan a Ampudia. Cerca de allí, en Medina de Rioseco, el
general Cuesta cuenta con los 12.300 hombres y 5 cañones del Ejército de
Castilla, esperando reunirse mañana con los 9.400 soldados y 15 cañones
del Ejército de Galicia del general Blake.
Hoy a las 02:00 horas,
los franceses reanudan su marcha, llegando al cercano pueblo de
Palacios, a las 06:00 horas. Los exploradores advierten de la presencia
de los castellanos cerca de Medina de Rioseco, y Bessiéres ordena
comenzar el ataque inmediatamente, para impedir que las tropas españolas
se agrupen.
Sorprendidos por la
celeridad del avance francés, los hispanos pasan a la defensiva donde se
hallan, de forma descoordinada: el Ejército de Castilla se despliega en
terreno abierto al este de Medina de Rioseco, mientras el Ejército de
Galicia se asienta entre la meseta de Valdecuevas y el monte Moclín,
unos 3 kilómetros al este.
Bessíeres ordena atacar a
las tropas de Blake. La división de Mouton avanza al norte del Moclín,
vigilando al distante Ejercito de Castilla y separándolo del Ejército de
Galicia, al cual la división de Merle intenta flanquear por el sur de l
meseta mientras la brigada de Sabathier acomete el Moclín con apoyo de
caballería ligera.
Cuesta y Blake no pueden
calcular el tamaño de la fuerza francesa a la que se enfrentan, al
moverse ante el sol del amanecer, y levantando una gran polvareda del
seco firme pucelano que la encubre aún más. Cuesta, en un exceso de
prudencia, juzga inferior a la fuerza atacante y decide mantener sus
posiciones confiando en que Blake, mejor situado, resistirá fácilmente.
La brigada de Sabathier
ataca tras el alba, pero los navarros del general Blake les rechazan.
Por la mañana la división de Merle prosigue lanzando asaltos desde el
sureste, obligando a los españoles a girar el frente de su línea hacia
esta dirección, dejando demasiado expuesto su flanco izquierdo, situado
ahora en el monte Moclín.
Hacia las 11:45, una
carga de cuatro escuadrones de caballería ligera enviada por Sabathier
expulsa a los infantes hispanos del Moclín. La brigada de Lasalle rompe
el flanco izquierdo de Blake y envuelve el Ejército de Galicia, cuyos
aterrorizados soldados comienzan a desbandarse, dispersándose hacia
Astorga.
Cuesta ordena una carga
frontal contra la división de Mouton, pero sus infantes, curtidos en las
Guerras de la Revolución, aguantan en inferioridad numérica la embestida
hispana durante casi dos horas, a medida que van recibiendo refuerzos,
mientras la caballería francesa amenaza con flanquear las líneas
españolas.
Bessiéres prepara al
ataque final encabezado por las divisiones de Mouton y Merle. Cuesta
opta por retirarse a León hacia las 14:00 horas. En el subsiguiente
saqueo francés de Medina de Rioseco varios vecinos son asesinados,
muchas mujeres, incluso monjas, violadas, y unas 40 casas incendiadas.
El monto de robos y daños asciende a 2.000.000 de pesos fuertes.
Los españoles han sufrido
unas 2.800 bajas entre muertos, heridos y prisioneros; otros 2.000 se
dan por desaparecidos. Los franceses tienen unas 1.100 bajas; entre sus
muertos figura el general d'Armagnac.
Esta victoria supone el
fin de la resistencia del ejército regular español en Castilla. Tras
enterarse de la noticia, Napoleón dirá: "- Esta batalla ha puesto en el
trono de Madrid a mi hermano José."
15
julio 1808: el
mariscal Murat, duque de Berg, es nombrado por Napoleón rey de Nápoles
19 a 21 julio 1808:
Batalla de Bailén.
Tras el Levantamiento del
Dos de Mayo, Napoleón encomienda al general Dupont que se adentre en
Andalucía, al sur de España, al mando del 5º Cuerpo de Observación
de la Gironda, de unos 11.400; y el pasado 8 de julio llegan a Córdoba,
saqueándola.
El Capitán General
Francisco Javier
Castaños, Gobernador General del Campo de Gibraltar, reúne un ejército
de 24.440 infantes, 2.630 jinetes y 50 piezas de artillería, que tratan
de cortar la retirada francesa e incomunicarles de Madrid.
Ante la proximidad de las tropas
españolas, los estrategas franceses acuerdan enviar dos ejércitos más
para formar una fuerte línea defensiva en el río Guadalquivir.
Dupont ordena a sus
extenuadas tropas retirarse de Córdoba, y Castaños divide en dos
columnas a su ejército el 13 de junio, una marchará hacia Andújar, y
la otra, con 17.500 infantes al mando de Réding, va hacia Bailén, en
la retaguardia francesa.
Los franceses de Dupont
llegaron a Andújar, tras una larga marcha bajo el sol y sin agua; sin
embargo allí se reúnen con los 9.600 hombres de refuerzo al mando de
Vedel, ahora las fuerzas francesas suman 21.000 infantes y 5.000
jinetes. Pero las tropas de Vedel son enviadas hacia Bailén para
proteger la retirada del resto.
El día 18 por la tarde
el resto del ejército francés reanuda su camino hacia el Gualdalquivir
con unos 2.300 de sus hombres enfermos, encontrándose hacia las 05:00
horas del 19 de julio con las más numerosas fuerzas de Réding, en el
puente del Ramblar, cerca de Bailén.
Las tropas de Vedel parecen haberse perdido en la zona, mientras las de
Castaños se aproximan desde Andujar a la retaguardia de Dupont.
El general Chabert carga
contra la infantería española de Réding dos veces, intentado
atravesar sus líneas en vano y salir de la trampa antes de que se
cierre, pero son repelidos por nutridas descargas de fusilería. Hacia
las 10:00 de la mañana muchos franceses comienzan a desmayarse
víctimas de la fatiga y la deshidratación.
Un tercer ataque es
rechazado por la artillería hispana y otro cuarto fallido ataque hace
pensar a Dupont en capitular, pues a las 12:30 horas sólo cuenta con
unos 2.000 soldados en condiciones de luchar. Al breve son flanqueados
por avanzadillas de Réding, y Dupont cree que se trata de las tropas
de Castaños. Los franceses piden parlamentar para acordar su rendición
poco antes de la llegada de las tropas de Vedel y Castaños al campo de
batalla. Las negociaciones durarán dos días.
Los franceses pierden
2.200 muertos y 400 heridos, otros 8.200 soldados son capturados, más
16 generales y 469 oficiales. Estos últimos son liberados, junto a los
9.600 soldados de Vedel, y se les permite regresar a Francia con su
botín, a cambio de dejar al resto de sus hombres como prisioneros,
quienes serán abandonados por los españoles en la isla de Cabrera,
donde pasaran grandes calamidades. Entre los españoles habría 240
muertos y 730 heridos.
Esta batalla es la
primera rendición y gran derrota de un ejército napoleónico, y tiene
gran repercusión en toda Europa, donde hasta hoy los franceses eran
invictos. La primera consecuencia es que Napoleón ordena evacuar a sus
tropas de Madrid.
20 julio 1808:
José I Bonaparte entra en
Madrid.
22 julio 1808:
Comienza el I Sitio de
Gerona.
28 julio 1808:
Defensa de Valencia
Con el fin de sofocar el levantamiento
antifrancés de la región española de Valencia, Napoleón envía al mariscal
Moncey, al mando de la división Musnier, de 8.000 infantes, 1.300
jinetes y 16 cañones.
El 21 de julio los franceses
avanzan desde la Minglanilla sobre las alturas que dominan el puente
Pajazo repeliendo una emboscada española de poca envergadura cuyos
supervivientes, unos 2.800 milicianos y 200 soldados se retiran al
desfiladero de las Cabrillas, al que los franceses llegan el día 24, en
el enfrentamiento que allí se produce mueren o resultan heridos unos
600 españoles y más franceses aún.
Hoy los franceses llegan a
Valencia capital, defendida por 20.000 milicianos con 8 cañones de gran
calibre, apostados en barricadas y fortificaciones. Los paisanos,
arengados por el Padre Rico, logran rechazar los asaltos de los
franceses y hacen salidas contra ellos desde las 11:00 horas,
causándoles muchas bajas e inutilizándoles bastante artillería;
Moncey desiste de continuar atacando hacia las 20:00.
Los franceses, temiendo ser
cercados por tropas españolas que venían en socorro de la capital,
abandonan Valencia y continúan camino a Albacete el día siguiente,
dejando atrás su artillería y unas 2.000 bajas; los hispanos han
tenido muy pocas.
29 julio 1808: Combate de Evora, en Portugal.
1 a 8 agosto
1808:
Wellesley desembarca en
Portugal.
El general Sir Arthur Wellesley,
futuro Duque de Wellington, desembarca en la bahía de Mondego al mando del
ejército expedicionario de 15.000 británicos, iniciando así su campaña en
Portugal, ayudando a sus habitantes a independizarse de los franceses:
la Península Ibérica se ha convertido en el principal campo de batalla
de las Guerras Napoleónicas. En primer lugar, los ingleses marcharán
hacia Lisboa.
Este desembarco tiene
lugar después de ser rechazado en julio en La Coruña, pues las juntas
provinciales españolas habían manifestado su deseo de recibir de los
ingleses dinero o armas, pero no tropas; por esta razón los 9.000
soldados que viajaban con Wellesley no recibieron permiso para
desembarcar: " - Los pechos españoles son más que suficientes
para arrostrar la situación." les hicieron saber.
El desencuentro
entre españoles y británicos proviene del hecho de ser enemigos desde
hace dos siglos y medio. Por otra parte, Wellesley es un gran
desconocido en Europa, aunque es un oficial experimentado tras nueve
años de campaña en las Guerras Maharata, en la lejana India.
6 agosto
1808:
Bilbao se rebela contra los
franceses.
9 agosto
1808: El rey José Bonaparte entra en Burgos
durante su retirada desde Madrid.
10 agosto
1808:
Rebelión de los
españoles en Dinamarca.
La División del Norte,
integrada por españoles, permanece desde julio de 1807 en las ciudades
hanseáticas e islas danesas, al mando del Marqués de la Romana, con el
Mariscal Juan Kindelán de segundo oficial, pero supeditados al Mariscal
Bernadotte.
El
general Castaños pide al gobernador de Gibraltar que a través de la Royal
Navy se informe a La Romana de la nueva situación. Arthur Wellesley
encuentra a un
clérigo, Robertson, que lleva a Dinamarca la noticia del levantamiento
antifrancés; pero La Romana no le cree. El 24 de junio unos
oficiales venidos de España le convencen.
El 16 de julio, la policía de
Amberes informa a Bernadotteque la División del Norte puede desertar
embarcando en navíos británicos, en cualquier momento. El 22 de julio,
Bernadotte ordena a La Romana que él mismo y sus tropas presten
"... el juramento que deben al Rey José Napoleón..." para
asegurarse su lealtad.
El 1 de agosto, los hispanos
juran fidelidad a José Bonaparte pronunciando la condición "...si
el pueblo español lo había aceptado..." Al día siguiente, los
Dragones y los artilleros se pronuncian contra Francia. La Romana
informa a Bernadotte, quien responde
amenazadoramente. Napoleón ordena que los españoles sean vigilados.
Un oficial español logra subir
a un barco inglés fondeado en Nyborg, y su capitán, Keats, le promete
embarcar a cuantos españoles pueda. La Romana planifica reunir todas
las tropas hispanas que pueda en Fionia, pasar a Languelandia, y desde
allí embarcar a España, concertando con los británicos que una flota
fuese a recogerles.
Hoy 10 de agosto los soldados
españoles de Zeelandia se rebelan; mientras de La
Romana pasa a Languelandia desde Fionia. De Jutlandia escapa
sólo el Regimiento de Caballería Real; el de Algarbe es detenido por
los franceses, debido a la traición de Kindelán,
quedando presos de Bernadotte unos 5.175 soldados españoles.
El 27 de agosto el convoy
británico llega a Gothemburg, esperando que algunos rezagados llegasen,
pero nadie se presenta. El día 12 levan anclas y arriban en Santander
el 10 de octubre. Lo que queda de la División del Norte se unirá al
ejército del general Blake. La Romana va antes a Londres y llega a
España el 19 de octubre.
Los
españoles prisioneros en Dinamarca son internados en un campo en
Maguncia, hasta que en mayo de 1809 sean alistados en el Regimiento de
José Bonaparte; que participará en la campaña rusa de Napoleón de
1812, desertando la mayoría, para terminar sirviendo en el Regimiento
Royal Alexandre de la zarina Isabel Alexevna.
14 agosto
1808:
Fin del I
Sitio de Zaragoza.
Tras fracasar un intento de
asaltarla, los 13.000 soldados de los generales Lefebvre y Desnoëttes
pusieron sitio hace dos meses a
la capital aragonesa, defendida por unos 8.110 hombres.
El día 24 de junio los
franceses dispersaron a una columna de socorro española de 4.000
voluntarios, tres días después desalojaron a la guarnición española
del monte Torrero.
Del 29 al 30 de junio
bombardean la ciudad con unas 1.400 bombas y granadas; sin embargo pudo
entrar un refuerzo español de 1.300 soldados liderados por el capitán
general Palafox. Después se sucede un asalto de 6 columnas francesas
de 500 a 600 soldados cada una apoyadas por caballería, todas son
rechazadas.
El 1 de agosto el general
Bezancourt trae más refuerzos franceses, hasta sumar sus tropas 15.500
hombres. Se sucede otro bombardeo de 4 días que destruye casi toda la
artillería zaragozana y abre tres brechas en las murallas por las que
entran los invasores, que son rechazados en combate callejero cuerpo a
cuerpo; resultando heridos 1.500 franceses, entre ellos Bezancourt, y
otros 460 son muertos.
El día 8 de agosto el
general Palafox expulsó a los franceses a la orilla norte del Ebro. Las tropas del general
Verdier que continúan el asedio se ven obligadas a replegarse a Tudela como consecuencia de la debacle francesa sucedida recientemente
en Bailén.
La defensa de Zaragoza
por parte del general Palafox es una de las acciones más heroicas y
mejor libradas de
toda la Guerra de Independencia Española.
16 agosto
1808:
Fin del I
Sitio de Gerona.
Para ayudar a la defensa de la
guarnición francesa de Barcelona, el general Duhesme intentó sitiar a la
ciudad de Gerona hace 3 semanas con 5.000 soldados, aunque hubo de
desistir al día siguiente.
El 17 de julio Duhesme parte de
Barcelona con 6.000 hombres y 13 cañones para intentar asediar Gerona.
Para ayudarle,
Napoleón envía otro contingente de 7.000 soldados y abundante
artillería al mando del general Reille, con la misión de tomar el
castillo de Figueras, la ciudad de Rosas y luego unirse al sitio de
Gerona. Duhesme llega ante Gerona el 20 de julio.
El 9 de agosto los
sitiadores recibieron más refuerzos, pero con la orden de levantar el
sitio y acudir a Barcelona. Antes de irse, iniciaron un último asalto
el día 12. Hoy llega una columna española de socorro al mando de
Caldagués, que realizando un ataque coordinado con los defensores de
Gerona, obliga a los franceses a levantar el sitio; Reille se retira a
Figueres y Duhesme a Barcelona.
16 agosto
1808:
Combate de Obidos, en Portugal.
16 agosto
1808:
Tropas francesas al mando de Merlin toman Bilbao.
17 agosto
1808:
Batalla de
Rolica.
En Portugal, el general francés Delaborde,
con sólo 3.500 soldados, espera refuerzos de los generales Junot y
Loison para rechazar el contingente expedicionario británico al mando
de Wellesley, de unos 15.000 soldados. Sin embargo los refuerzos
franceses no llegan antes que las columnas inglesas.
La posición defensiva de Delaborde
es extremadamente fuerte. Wellesley ataca por el flanco sin éxito, y
una segundo asalto de flanco es rechazado al adelantarse el coronel del
29º Regimiento, sufriendo casi un 50 % de bajas. Wellesley ordena un ataque
general, y Delaborde se retira tras su victoria defensiva.
Los franceses tuvieron 700 muertes, mientras que los
británicos
alrededor de 500; es la primera batalla entre los ingleses y franceses
en la Península Ibérica.
21 agosto 1808:
Batalla de Vimeiro.
Los 14.500 ingleses
y 2.500 portugueses del general Wellington habían llegado a Vimiero,
tomando posiciones para proteger otro desembarco el día 18 de agosto,
que elevó su ejército a 19.000 soldados. El
general Junot les ataca con 13.000 franceses, intentado derrotarles
antes de que les llegasen más refuerzos vía marítima.
Junot divide su ejército
en dos grupos; el ataque principal consta de tres oleadas de infantería
por el sureste de Vimeiro, rechazado por descargas de fusilería inglesa
desde sus posiciones elevadas; el segundo ataque tiene lugar al flanco
norte de Vimeiro y también es detenido. Luego sucede un choque de
fuerzas de caballería, tras el cual los franceses comienzan a
replegarse y Wellesley ordena perseguirles.
Junot se retira hacia Torres Vedras
tras sufrir 2.000 bajas y perder 13 cañones. Tras esta batalla, el
ejército francés de Portugal queda aislado de Francia y los ingleses
se afianzan en la Península: el general John Moore desembarcará con
10.000 soldados británicos más, y otros 14.000 del general Baired
desembarcarán en la Coruña.
30 agosto 1808:
Capitulación de Cintra.
Los generales ingleses
Dalrymple y Burrand recién llegados a Portugal, toman el mando del
cuerpo expedicionario británico y comienzan a negociar con los
derrotados franceses los acuerdos de su rendición.
Dichos generales permitirán
a los soldados del general Junot y al resto del contingente
napoleónico, en total unos 26.000 soldados, abandonar el país con sus
armas, equipos y botín a bordo de naves inglesas rumbo a Francia. Ni
siquiera les harán prometer no volver a luchar contra los ingleses o no
retornar a Portugal.
Cuando este acuerdo,
hecho sin la aprobación del general Wellesley, se conozca en Inglaterra
causará indignación pública y será motivo de protestas masivas. Tras
una investigación en Londres, ambos generales serán hallados
culpables y no volverían al servicio activo.
Wellesley firma la
capitulación pero la denuncia, por lo cual será exonerado de cargos;
aunque se sospecha que en un primer momento aceptó con tal de no perder
protagonismo en una futura campaña inglesa en la Península
Ibérica.
27 septiembre 1808:
Entrevista entre Napoleón y el
zar Alejandro I en Erfurt.
13 octubre 1808:
La Junta Central, presidida
por Floridablanca, crea las Milicias.
25
octubre 1808: Combates de Logroño y
Lodosa, en Navarra.
27 octubre 1808:
El
general sir John Moore sale de Lisboa y marcha hacia Salamanca.
31
octubre 1808: Combate de Zornoza, en las
Vascongadas.
3 noviembre
1808:
Napoleón entra en
España.
Tras las victorias
españolas sobre fuerzas francesas en Bailén, Valencia, Zaragoza y Gerona, el Emperador de Francia
decide asumir personalmente el mando del ejército francés en España y
atraviesa la frontera al mando de un ejército de unos 200.000 soldados
de refuerzo que pone al mando de sus mariscales aumentando sus
efectivos:
Víctor, con 28.000; Bessiéres, con 26.000;
Moncey, con 21.000; Lefebvre, con 25.000; Saint Cyr, con 36.000, y Ney
con 32.000. Otros 24.000 están al mando del propio Napoleón, otros 60.000
se hallan con su hermano José, que se retira de
Madrid. Los franceses suman así unos 250.000 soldados en España.
Los invasores entran en
la Península Ibérica en dos contingentes: Napoleón llega por las
Vascongadas y otra fuerza liderada por el general Saint Cyr entra por
Cataluña, para rescatar a la guarnición francesa de Barcelona. El
ejército español, repartido por toda la geografía nacional y mal
armado, cuenta con unos 140.000 soldados, al mando de Blake en el
noroeste, Castaños en el sur y Palafox en el noreste.
10 noviembre
1808:
Batalla de Gamonal o
de Burgos.
Napoleón avanza hacia Madrid a
través de territorio desprotegido por los ejércitos regulares
españoles, una franja de 150 km alrededor de Burgos.
Para evitarlo, los
hispanos tan sólo disponen del ejército de Extremadura, cuyos
efectivos suman unos 8.530 infantes y 1.000 jinetes al mando del
inexperto Conde de Belveder. Muchos de los españoles no son más que
milicianos, mal vestidos, alimentados y armados.
Bonaparte envía contra ellos el
2º Cuerpo de Ejército al mando del mariscal Soult, apoyados por tropas
de su Guardia Imperial, en total unos 46.000 infantes y 10.000 jinetes,
que atacan el despliegue defensivo español, cuya única defensa
geográfica es el bosque de Gamonal.
El primer asalto francés barre
las posiciones y unidades españolas excepto el 4º batallón de la
Guardia Valona, que logra formar en cuadro y resistir heroicamente
hasta su total aniquilación.
Mueren más de 2.000 españoles. Esta batalla despeja la ruta directa hacia
Madrid; el único obstáculo que encontrarán los franceses será el
paso de Somosierra.
10 a 11 noviembre
1808:
Batalla de Espinosa de
los Monteros.
Tras la victoria en Gamonal,
Napoleón decide eliminar las amenazas de los ejércitos españoles de
sus flancos; el mayor de estos es el ejército del general Blake, unos
12.500 hombres fatigados y 30 cañones que se reúnen con los 10.500 soldados del
Marqués de la Romana acantonados en Espinosa de los Monteros; los
primeros habían huido tras ser alcanzados por el mariscal Lefevre en
Durango.
Bonaparte envía contra ellos a
los mariscales Víctor, al mando de 21.000 hombres y Lefebvre, con 9.000
franceses; serán los primeros quienes luchen. La
batalla se inicia con el ataque de la división del general Villatte
sobre el ala derecha española, donde están emplazados los restos de la
veterana
División del Norte comandada por el Marqués de la Romana, que
irónicamente había combatido en Dinamarca al lado de los
franceses.
Los hispanos aguantan el primer
asalto, pero a la mañana siguiente Víctor concentra todas sus fuerzas
para atacar el ala izquierda española, más débil, aunque resiste bien
hasta que la mayoría de sus oficiales resultan muertos. El resto de la
formación española huye; los de Blake sufren entre 5.000 y 6.000 bajas, pierden su
artillería y 30 banderas; los franceses tienen unos 1.200 muertos y
heridos.
14 noviembre
1808:
La Junta Suprema de España
declara la guerra al Imperio de Francia.
23 noviembre
1808:
Batalla de
Tudela.
Tras la victorias de Gamonal y
Espinosa, Napoleón decide eliminar al otro contingente español que
amenaza el flanco de su avance hacia Madrid: el ejército del general
Castaños, acantonado en Calahorra, que reúne 42.000 soldados, 3.000
jinetes y 50 cañones.
Bonaparte envía contra él a los
mariscales Moncey y Ney, y a otro ejército de
29.000 hombres al mando de su mariscal de confianza, Lannes,
con una reserva de caballería de Bessiéres. Los primeros realizan una
maniobra envolvente que los dispersa y el segundo encuentra a los
españoles en Tudela, donde se están reconcentrando.
Castaños espera al
ejército de Palafox, pero este le abandona para defender Aragón.
Lannes decide atacar a los españoles antes de que lleguen sus propios
refuerzos y sus enemigos terminen de reagruparse.
Apresuradamente
desplegados, los 19.000 españoles no rechazan la acometida francesa,
que abre grandes brechas en sus líneas, y rápidamente les derrotan.
Los hispanos sufren unas 4.000 bajas y pierden unos 26 cañones.
Castaños se retira a Cuenca, siendo perseguido y dispersado por Ney;
tan sólo llegarán allí un tercio de sus efectivos. Los franceses
tuvieron 650 bajas, pero no encontrarán oposición hispana en Castilla y
León y tienen camino libre a Aragón, Asturias y Galicia.
30 noviembre
1808: Comienza el II Sitio de Zaragoza.
30 noviembre
1808:
Batalla de
Somosierra.
El general español
Benito San Juan cuenta con 20.000 hombres y 30 cañones para defender el
puerto de montaña de Somosierra, a 1.400 metros de altitud; el único
lugar por el que Napoleón puede llegar a Madrid.
San Juan emplaza sus
cañones en 4 baterías que baten las curvas más pronunciadas del
camino zigzagueante que sube hasta lo alto del puerto; allí unos 12.000
hombres mal armados toman unas precarias posiciones al encontrar
dificultad para atrincherarse. La última batería hispana cercana a la
cima cuenta con 18 cañones, las demás, 4.
El 28 de noviembre los
españoles rechazan la acometida que realiza el general Savary con 4.000
infantes y 1.000 jinetes. Tras tantear la defensa
con el fallido ataque, Napoleón ordena al 1º regimiento de Lanceros
polacos de la Guardia Imperial que tome las baterías,
iniciando su asalto hoy por la mañana, amparados en la niebla.
Los polacos
atacan la primera batería perdiendo a su comandante y un tercio de
jinetes, pero el resto sigue ascendiendo, tomando la segunda batería
con grandes pérdidas, y después la siguiente batería,
hasta llegar a la cima, en la que, ayudados por la infantería francesa,
logran desalojar a los españoles; la mayoría consigue huir, con tal
desorden e indisciplina que asesinarán al propio Benito el 7 de
diciembre.
Bonaparte quedó
impresionado por la actuación de los jinetes polacos, que sufrieron dos
tercios de bajas, 60 muertos y 100 heridos, y abraza al comandante superviviente que dirigió las
tres siguientes cargas, Niegolewski. San Juan se retira a Segovia.
2
a 3 diciembre 1808: Las
tropas de Napoleón bombardean Madrid.
4 diciembre 1808:
Napoleón entra en
Madrid.
Tras un día y medio de
bombardeo, la ciudad alzó bandera blanca ayer, y hoy el general Tomás
de Morla capitula: tan sólo contaba
con dos batallones de infantería, 8.000 milicianos armados y 30 piezas de
artillería, emplazadas en El Retiro, para su defensa. Napoleón
pasa revista a su tropas y visita el Palacio Real, devolviendo a su
hermano José al trono de España " - Que es para Francia pues yo
la he conquistado."
Napoleón irá reforzando
y replegando a sus contingentes en España. Así, de 1808 a principios
de 1809 tendrá hasta 300.000 soldados, en 1809 bajan a 240.000, en 1810
suben a 370.000, de1811 a 1812 tendrán 290.000, y desde 1813, 224.000.
Esto contrastará con
las cifras de soldados británicos que lleguen a la Península, y que
oscilan, para todo el período, de 50.000 en 1809 a 60.000 en 1813, como
máximo.
5 diciembre
1808: Toma de Rosas por las tropas
francesas de Saint Cyr.
10 diciembre
1808:
La Junta Suprema de España e
Indias se
traslada a Sevilla.
16 diciembre
1808:
Combate de Llinás o de Cardedeu, Réding es derrotado por Saint Cyr.
17 diciembre
1808:
Tropas francesas del
general Saint Cyr entran en Barcelona.
19 diciembre
1808:
Valero Ripol en solitario
logra la rendición de 110 franceses en Calatayud.
20 diciembre
1808:
Comienza el II sitio de Zaragoza.
21 diciembre
1808: Combate
de Sahagún, en León, y de Molins de Rei;
en Cataluña.
24 diciembre
1808:
El
general inglés Moore comienza a replegarse hacia La Coruña.
25 diciembre
1808: Combate
de Tarancón.
26 diciembre
1808: Combate
de Benavente, en Zamora.
28 diciembre
1808:
Partidas y Cuadrillas Guerrilleras.
La Junta Suprema
Gubernativa del Reino, publica hoy unas ordenanzas para tratar de
regular las partidas de milicianos y cuadrillas guerrilleras que
espontáneamente han venido formando ya algunos patriotas, con la
finalidad de combatir la invasión de los soldados franceses, a quienes
el pueblo llano apoda "gabachos" despectivamente.
Esta medida tiene como
precedentes el Bando de Movilización General, promulgado el 6 de junio
y la Declaración de Guerra al Imperio de Francia, con fecha del 14 de
noviembre. Más tarde, el 17 de abril de 1809, se publicará igualmente
una Instrucción para el Corso Terrestre, que viene a decir que los
guerrilleros tendrán derecho a incautarse de las propiedades de
aquellos franceses que logren derrotar.
Se publicarán más
regulaciones el 11 de julio de 1812 y el 28 de julio de 1814, estas con
el título de Reglamento para Cuerpos Francos o Partidas de Guerrillas.
Los guerrilleros agrupan
a tanta gente que serán registrados por el Estado Mayor del Ejército
Español. Las primeras unidades de infantes se forman en Cataluña: el
13 de octubre de 1808, los somatenes suman 10.500 hombres, y en junio de
1809, los 20 tercios de migueletes existentes, con 14.300 voluntarios,
constan como el 1º Ejército. Los jinetes guerrilleros se censan como
Húsares Francos o Lanceros desde diciembre de 1811, serán el 5º
Ejército español, sumando 4.400 hombres ese año.
Al fin de la Guerra de
Independencia habrá unos 50.000 guerrilleros agrupados en 32 batallones o
regimientos. Espoz y Mina tendrá 8.000 en Navarra, Durán y Amor a
2.500 en Castilla y el Conde de Montijo en Valencia a otros tantos,
Villlacampa tiene a 3.000 en Aragón, Bassecourt en Cuenca lidera a
2.000, El Empecinado anda en Guadalajara con 1.500 y Martínez por la
Mancha con otros tantos...
Estos guerrilleros
asaltan convoyes de armas y suministros, almacenes, guarniciones y
patrullas. Interceptan correos, documentos y desvalijan a los invasores.
A diario mueren decenas de soldados franceses en sus ataques súbitos y
esporádicos; pues no suelen dar cuartel. Algunos son muy osados: El
Charro llegará a secuestrar en solitario al gobernador francés de
Salamanca, únicamente para recuperar su caballo.
Al contrario que el resto
de la Europa, en España los franceses sólo dominan los lugares donde
se hallan, a pesar de haber derrotado a todos los ejércitos regulares y
haber tomado la capital. Varias plazas aún resisten, y el campo abierto
les resulta hostil, siendo su ocupación realmente insegura e
incierta.
Las guerrillas
colaborarán con los ejércitos aliados en tareas de información, además de
obstaculizar la movilidad francesa. Unas se unirán a los nuevos
ejércitos que se formen, otras se disuelven tras un tiempo. Sin embargo, estarán entre aquellos que hagan decir a
Napoleón: " - La guerra en España... esa desdichada guerra me
perdió."
Aquí finaliza esta cronología.
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