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Las Guerras Napoleónicas 

Capítulo XX

Junio a diciembre de 1813.

 

Índice de épocas y temas, todo disponible en esta página:

Guerra de Independencia Española (VII): junio a diciembre 1813.

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Las Guerras Napoleónicas: Capítulo XX

Guerra de Independencia Española (VII).

 
 
Expulsión de los franceses.
 

1813

21 junio a 15 julio 1813

Los franceses se retiran de España.

El rey José Bonaparte llega a Salvatierra la noche del 21 de junio, tras ser derrotado en Vitoria por la tarde. La noche siguiente pernocta en Alegría y reanuda su marcha a Pamplona, donde entra el día 23 de junio con los restos del Ejército del Centro al mando de d'Erlon, celebrando allí un consejo con sus generales.

Muchos le aconsejan volar las fortificaciones de la ciudad y continuar inmediatamente la retirada hacia Francia, pero el monarca decide conservarla como punto de reunión para los demás ejércitos franceses que se replegaban por todo el noreste peninsular. Con este fin deja una guarnición de 3.500 soldados en Pamplona, encomendando la retirada de los ejércitos franceses al Conde d'Erlon.

José parte de Pamplona la medianoche del 25 de junio y se dirige a Elizondo, a unos 15 km. de la frontera, donde pasa la noche siguiente; pasadas las 06:00 de la mañana entra completamente desmoralizado en Francia por Lesaca y Vera. El día 28 de junio establece su cuartel en Saint Jean d'Luz, población costera del Golfo de Vizcaya, a unos 5 km. de la frontera.

Los otros dos ejércitos derrotados en Vitoria se retiran por distintos caminos. El de Portugal, al mando de Reille, llega al valle del Baztan y cruza a Francia por Maya y Urdax, y después marcha a Irún para proteger el fronterizo río Bidasoa; el Ejército del Sur, del general Gazán, vuelve a su patria por los pasos de Roncesvalles y Valcarlos, dirigiéndose a Saint Jean du Pied d'Port para proteger la frontera meridional francesa.

Los últimos contingentes que quedan en España son el Ejército del Norte, unos 15.000 hombres al mando de Claussel, y las divisiones de los generales Foy y Palombini, que más las guarniciones de las inmediaciones sumarían otros 16.000 soldados, y el ejército de Suchet, de unos 15.000 soldados, en Valencia y el sur de Cataluña.

Claussel llega a Treviño el 22 de junio, enterándose de que el día anterior José había sido derrotado en Vitoria. El rey le mandó mensajeros, pero ninguno llegó hasta él. Retrocede hacia el sureste, a Logroño, donde había estado el día anterior. El 24 de junio retira la guarnición de la capital y marcha hacia Calahorra y Tudela, llegando a Zaragoza el 30 de junio.

Los guerrilleros de Espoz y Mina le acosan, y el 26 de junio Wellington envía desde Pamplona, a la que ha puesto sitio, tres divisiones inglesas en su persecución, que llegan a Caseda el 29 de junio. Claussel abandona Zaragoza el 2 de julio, y escapa a Francia por Jaca y Canfrac el 15 de julio, cuando los ingleses habían desistido ya de seguirle; después marcha a reunirse con las tropas d'Erlon en Saint Jean du Pied d'Port.

Foy, llega el 22 de junio a Mondragón, uniéndosele las tropas de las guarniciones de Plasencia, Bilbao y otros puntos fuertes. Tras conocer la derrota de Vitoria, se retira a Tolosa, perseguido por las tropas angloportuguesas del general Graham, que parten de Salvatierra el mismo día, y los 12.000 españoles del general Girón. El 24 de junio, los aliados alcanzan la retaguardia francesa en Villafranca y la fortificada Tolosa, librándose escaramuzas y combates.

La noche del 25 de junio las tropas de Foy abandonan Tolosa replegándose a Andoaín, volando el puente tras su paso. Prosigue por Hernani y llega a San Sebastián el 27 de junio, donde refuerza la guarnición con 2.600 soldados para entretener a los aliados. El 28 pasa por Oyarzun y finalmente, el 1 de julio cruza a Francia por el puente de Behobie sobre el Bidasoa, que también vuela, deteniendo Graham su persecución. Foy se reúne con los restos del Ejército de Portugal, del general Reille.

Es así como tres semanas después de la batalla de Vitoria se retiran de España unos 70.000 soldados franceses, Napoleón les destinará a proteger la frontera meridional de Francia; otros 7.000 quedan sitiados en Pamplona, San Sebastián y Zaragoza. El Marqués de Wellington concentra de momento en la zona del noroeste español unos 100.000 soldados aliados, más los 8.000 guerrilleros de Espoz y Mina.

La última fuerza francesa en España es el Ejército del Mediodía de Suchet, con 15.000 soldados repartidos en guarniciones en torno al río Júcar, en Valencia. Cuando este supo del avance aliado hacia el noreste, comenzó a reunir sus hombres, replegándose al norte, hostigado por los guerrilleros de "El Fraile" hasta acantonarse en Tarragona.

22 junio 1813: Comienza el Sitio de Pamplona, en Navarra.

23 junio 1813: Combate de La Salud.

26 junio 1813: Comienza el Sitio de San Sebastián.

28 a 30 junio 1813:

Reconquista de los Fuertes de Pancorbo.

Después de ser derrotados los ejércitos franceses en Vitoria, tan sólo queda una guarnición de 700 franceses aislados en territorio español, acantonados en los fuertes de Santa Maria y Santa Engracia de Pancorbo, que se alzan en cimas escarpadas, custodiando ambos lados del desfiladero en el camino de Burgos a Vitoria.

El general O'Donell, del Ejército de Andalucía, marchó con varios millares de soldados a recuperarlos; tomando el fuerte de Santa Maria, el menor de los dos, el 28 de junio. Después hizo emplazar, de noche y con ayuda de zapadores, una batería en lo alto de la loma de Cimera. Los franceses tratan de impedirlo disparando su artillería y fusiles, pero los españoles suben los cañones y abren fuego contra la plaza al día siguiente.

Cuando ya se había abierto brecha y los hispanos se disponían a asaltar el fuerte de Santa Engracia, su comandante decidió rendirse, el 30 de junio. Por entonces los últimos ejércitos franceses se retiran hacia Francia, dejando pequeñas guarniciones en Pamplona, Zaragoza y San Sebastián; ya no queda ninguno al sur del río Ebro.

 1 julio 1813: Combate del Bidasoa.

 1 julio 1813:

Destitución de José Bonaparte.

Napoleón culpa a su hermano y al mariscal Jourdan de la derrota sufrida por los soldados franceses en Vitoria y su posterior retirada de España. En Dresde, firma hoy un decreto por el cual les destituye de cualquier mando militar y nombra en su lugar al mariscal Soult como Lugarteniente General del Ejército de España, con la misión de ocupar el norte del río Ebro y defender la frontera meridional francesa.

El frustrado José Bonaparte seguirá reteniendo la corona española de forma nominal, pues se hallará en Francia viviendo retirado en su palacio de Mortefontaine, apartado con su Consejo de Ministros de cualquier decisión política relevante. Aunque Napoleón le designe Lugarteniente del Reino, desparecerá prácticamente de la escena pública, hasta que el próximo año su hermano le encargue la defensa militar de París.

 3 julio 1813: Arthur Wellesley, Marqués de Wellington, es ascendido a Mariscal.

 5 julio 1813: Tropas británicas desembarcan en Alicante.

25 julio 1813:

I Asalto a San Sebastián.

El 26 de junio, el general Mendizábal posiciona ocho batallones de soldados españoles en las colinas de San Marcial y en la orilla derecha del río Urumea, cortando las rutas  de comunicaciones de la ciudad portuaria de San Sebastián; pero debido al escaso número de sus efectivos, poco más podía hacer hasta la llegada de refuerzos aliados.

La plaza esta guarnecida por 3.200 hombres al mando del veterano general Rey, sus fortificaciones cuentan con 58 cañones, 13 de ellos en una batería situada en el monte Urgull y otras 18 piezas más en reserva, para montarse donde se precisen. El mismo día de la llegada de los sitiadores, los defensores vuelan los barrios extramuros de San Martín y Santa Catalina, además del puente sobre el Urumea, y comienzan a fortificar el convento de San Bartolomé.

El 9 de julio, el general británico Graham trae consigo la 5ª división británica, una brigada alemana, otra portuguesa, y artillería pesada, alcanzando los aliados ahora un total de 10.000 hombres. Los ingenieros determinan que el lado oriental de la plaza, el del muro de Zurriola, es el más débil, y e instalan baterías en una línea paralela, bombardeando la muralla, y con balas incendiarias, el convento de San Bartolomé.

El 17 de julio, los defensores abandonan el convento cuando ya está arruinado por incendios y derrumbes; los asaltantes británicos encuentran dentro unos 250 soldados muertos. Los sitiados pasan a hostigar a las trincheras de los aliados y sus baterías desde un reducto; tomándolo los ingleses en otro asalto la noche del 19 de julio.

Para el día 22 de julio, los sitiadores, tras disparar con diez cañones de a 24 libras durante 15 horas y media unas 3.500 balas, bombas y granadas, logran abrir una brecha de hasta 50 metros de anchura en la muralla de Zurriola, y otra de10 metros resultado de demoler parte de una torre y el contiguo baluarte de San Telmo.

El 25 de julio, Graham, apremiado por Wellesley, Marqués de Wellington y comandante de los ejércitos aliados, ordena realizar un triple ataque cuando baje la marea, con el objetivo de escalar el hornabeque de San Carlos y asaltar las dos brechas abiertas en las muralla, enviando primero dos columnas de choque a las que seguirían refuerzos.

Los franceses, atentos a la maniobra, dejan aproximarse a los ingleses, disparándoles cañonazos de metralla y descargas cerradas de fusilería cuando están cerca, retirándose en desbandada los atacantes, que resbalan con la maraña de algas y rocas pulidas de la orilla del mar y del río Urumea entre una gran confusión y pánico, sufriendo unas 2.000 bajas antes de volver a sus trincheras; los defensores tienen menos de 70 bajas.

Graham pide un alto el fuego para recoger a sus heridos antes de que suba la marea y se ahoguen, el general Rey se lo concede.

Al día siguiente, Wellington ordena la suspensión de los ataques hasta contar con más artillería pesada, que será traída de Inglaterra por la Royal Navy, y parte al este con varias unidades, para repeler una incursión que el general Soult efectúa en la zona de los Pirineos. El cerco continúa, pero por el momento las hostilidades cesan.

25 a 30 julio 1813: 

Batalla de Sorauren o de Los Pirineos.

El 12 de julio, Soult toma el mando de los ejércitos del Norte, Portugal, Sur y Centro que escaparon de la Península, y con sus unidades articula el nuevo Ejército de España, organizado en cuatro Cuerpos de Ejército, con tres divisiones cada uno.

El Cuerpo de la Derecha, al mando de Reille, el del Centro, de d'Erlon, y el de la Izquierda, de Claussel, y el de Reserva, de Villatte. Estaban apoyados por un Cuerpo de Caballería con tres divisiones, dos caballería pesada al mando de Tilly y Treilhard, y otra de caballería ligera, al mando de Soult; en total sumarían cerca de 60.000 soldados; además, Suchet agrupa al sur de Cataluña otros 15.000 hombres.

Mientras los franceses se reorganizaban, Arthur Wellesley, el Marqués de Wellington, ha tenido tiempo para desplegar más tropas en el sector fronterizo de las Vascongadas y Navarra, al oeste de los Pirineos, dónde los franceses se concentran. Pero no puede contar con todos sus efectivos, al hallarse varias unidades aliadas cercando Pamplona y San Sebastián, donde los franceses dejaron guarniciones en su retirada.

Al este, en el ala derecha, guardan el Puerto de Roncesvalles la división española de Morillo, la brigada de Wing y la 4ª división de Cole, en Viscarret. En el centro, en los valles de Batzan y Alduides, se hallan la 2ª división de Hill, la portuguesa de Amarante y la de Campbell. En el ala izquierda, al noroeste, en Santa Bárbara, Vera y Echelar. están la División Ligera de Alten y la 7ª de Dalhausie.

Wellington deja en retaguardia como reservas a la 6ª división de Pack, a la 3ª de Picton y la hispana de Longa, estas dos en Olagüe. En esta franja fronteriza habrá unos 36.000 soldados, en la zona nororiental de España se concentran cerca de 100.000 aliados, a los que habrían de sumarse los efectivos de las partidas guerrilleras.

El 23 de julio, el mariscal Soult lanza una proclama a los españoles, y sale desde Saint Jean du Pie d'Port con 33.000 soldados de los Cuerpos de la Izquierda, de caballería y de Reserva, mientras el conde d'Erlon, con el Cuerpo del Centro, de 13.000 hombres, apoya su flanco. El resto del Ejército de España se quedará custodiando la frontera.

El 25 de julio, Soult vuelve a invadir España por Roncesvalles, con el objetivo de auxiliar a la guarnición francesa sitiada en Pamplona; d'Erlon cubre su flanco derecho entrando en el Batzan. Traban combate con los soldados aliados que defienden las zonas, correspondientes al centro y la derecha del despliegue aliado, los primeros se repliegan a a Irurita, y los otros a Lizozín y Zubiri, aunque el regimiento de León defiende la fábrica de municiones de Orbaiceta hasta que se ve obligado a replegarse.

El 26 de julio, los aliados siguen replegándose hacia el sur, evitando entablar más combates debido a la superioridad numérica de Soult en sus zona de penetración, el valle de Alduides. Al día siguiente, Wellington forma una línea de contención al norte de Pamplona, el objetivo francés. O'Donell, que sitia la capital, envía refuerzos al frente, dejando en el cerco los regimientos de Carlos de España. En total, unos 12.000 aliados se despliegan delante de Huarte y en los cerros de Villalba cubriendo Pamplona.

El avance de Soult es tan veloz, que una de sus avanzadillas casi captura al mismo Wellington cuando se halla efectuando un reconocimiento con una pequeña escolta, este venía del sitio de San Sebastián, seguido de varias unidades de refuerzo.

El 27 de julio, Soult llega con unos 25.000 soldados a los montes que hay entre Ostiz y Zubiri, atacando hacia el sur en dirección a Pamplona; la guarnición sitiada colabora haciendo una salida en el mismo sentido del asalto. Los regimientos españoles de Moreda y Llanas, con ayuda de uno portugués y otro británico, obstaculizan la ofensiva defendiendo una colina estratégica en la ruta de Soult; aun así los franceses consiguen llegar hasta Souraren, a unos pocos kilómetros del norte de la capital sitiada.

El 28 de julio, los franceses atacan de nuevo la línea de Wellington, intentado flanquearla por su izquierda, siendo rechazados tras una lucha encarnizada, que les costó 3.000 bajas por 2.600 aliadas, en su mayoría británicos. Soult, previendo que no podría atravesarla, decide enviar la artillería pesada de vuelta a Francia con su munición y equipamientos, acompañada de varios cientos de carros transportando a los heridos.

El 29 de julio, la división de Hill baja desde el noreste a reforzar la línea aliada de Pamplona, amenazando la retaguardia del flanco derecho francés por Marcalaín. Soult desiste de romper el cerco de la capital, optando por su segundo objetivo, socorrer a la también sitiada guarnición de San Sebastián, intentando pasar por el sur de Marcalaín, atacando la izquierda de la línea de Wellington mientras el Cuerpo del Centro de d'Erlon presionaría contra las tropas de Hill.

La mañana del 30 de julio, Wellington se percata de la maniobra de Soult y le corta el paso con un contraataque directo, produciéndose otro combate sangriento que se salda con 2.000 bajas francesas más por 1.900 británicas. Acto seguido, Wellington envía refuerzos a su flanco izquierdo para abrirse camino hasta las posiciones de Hill y reforzarle; la presión del conde d'Erlon le había hecho retroceder al norte de Marcalaín.

El decido ataque británico empuja hacia el norte a los ejércitos de Soult, retrocediendo por el mismo terreno por el que había avanzado días antes, volviendo el 2 de agosto a cruzar la frontera, tras haber tenido 5.000 muertos y heridos, otros 3.000 serían hechos prisioneros; los aliados sufren unas 4.500 bajas. Los combates durante el contraataque aliado ascienden las bajas totales francesas a 10.000 y las aliadas a unas 7.000.

Esta batalla marca el inicio de la ofensiva aliada hacia el sur de Francia.

31 julio 1813: Combate de Venta de Urroz.

 1 agosto 1813: Combates de Sumbilla y Yanzi.

 2 agosto 1813:

Liberación de Zaragoza.

El general francés París, al mando de la guarnición de la capital aragonesa, recibe la orden de evacuar su guarnición y unirse a las tropas de Suchet en Mequinenza. El 8 de junio sale de la ciudad, dejando un destacamento de 500 hombres en el castillo de la Aljafería. Al anochecer entran en la ciudad los regimientos de Lanceros de Castilla, al mando de Julián Sanchez "El Charro"; y al día siguiente, las tropas de José Durán.

Espoz y Mina persigue a las tropas de París, tan de cerca, que el miedo le obliga a cambiar de ruta y huir hacia la frontera de Francia, desobedeciendo sus órdenes. Aún así, los hombres de Mina alcanzan su retaguardia en Alcubierre, y los aterrorizados franceses abandonan a los hispanos toda su artillería y bagajes para aligerar su huída a Huesca, para después llegar a Jaca, entrando desde allí a su país.

Espoz y Mina retorna a Zaragoza y sitia el casitllo de la Aljafería hasta la mañana de hoy, en que uno de los oficiales de artillería franceses hace detonar una bomba en el depósito de municiones situado en el reducto más cercano a la capital, matando a los 28 hombres que guarnecían el lugar en aquel momento y abriendo una gran brecha, otro oficial es interceptado por sus compañeros cuando intenta volar un depósito con 4.000 quintales de pólvora. El gobernador de la plaza decide capitular.

 2 agosto 1813: Combate de Lizaso, en Navarra.

17 agosto 1813: Las tropas de Suchet salen de Tarragona y se retiran a Francia.

19 agosto 1813: Combate de Amposta.

31 agosto 1813: 

II Asalto a San Sebastián.

La capital fue cercada por los españoles el 26 junio; tras un fracasado asalto aliado el pasado 25 de julio, coincidente con la invasión pirenaica de Soult, se detuvieron las hostilidades. Los franceses fueron rechazados en la reciente Batalla de Souraren cuando intentaban llegar a la ciudad, y Wellington retorna al sitio con más tropas, además de artillería traída del Reino Unido, reanudándose los ataques el 22 de agosto.

Para el 26 de agosto, los aliados ya tienen emplazadas 67 piezas de artillería: 9 obuses, 16 morteros, 4 carronadas, 32 cañones pesados y otros 6 más ligeros; distribuidos en ocho baterías. Abren fuego simultáneamente contra los laterales de las brechas, agrandándolas, y contra varios baluartes, descabalgando toda su artillería. Cuatro días después, los muros y casas que había en una franja de 250 metros yacen arrasados.

A las 11:00 de la mañana de hoy, varias columnas de soldados británicos saltan de las trincheras de la playa y atacan la brecha del baluarte de San Juan, librando un cruento combate con los franceses que allí les aguardaban. Al breve, la brigada portuguesa abandona sus puestos, vadea el río Urumea y desplegándose en dos columnas ataca por la gran brecha del muro de la Zurriola, encontrado también gran resistencia; mientras, la artillería aliada continúa batiendo otros puntos de las fortificaciones.

Pasadas las 14:00 horas, los defensores continúan rechazando a los aliados cuando un proyectil alcanza un polvorín, causando gran número de víctimas entre la guarnición. Los angloportugueses aprovechan el desconcierto, se reagrupan y organizan otro asalto rápidamente, entrando en la ciudad, pero los franceses se retiran en orden al Castillo de la Mota y el convento fortificado de Santa Teresa, dejando atrás unos 280 heridos.

La población civil sale alborozada a las calles, balcones y ventanas a recibir con gritos de júbilo a los vencedores, pero los soldados ingleses y portugueses les disparan, para después entregarse al saqueo, asesinando a quienes tratan de impedir la violación de sus esposas e hijas; acciones consentidas por la oficialidad. Algunos soldados llegan de  los campamentos e incluso de los barcos anclados cerca, sin armas y con mulas, para cargar todo el botín posible; al anochecer la capital de San Sebastián está en llamas.

Durante el asedio de la ciudad, la guarnición francesa del general Rey ha sufrido más de 2.000 bajas, pero aún sigue manteniéndose encerrada en el Castillo de la Mota. Los aliados habrán tenido unas 3.200 bajas; entre ellas ha resultado muerto el ingeniero Richard Fletcher, quien diseñara las fortificaciones de la Línea de Torres Vedras; y los generales Leith, Oswald y Robinson están heridos.

31 agosto 1813:

Batalla de San Marcial.

Tras el fracaso de las tropas de Soult en su intento de socorrer a la guarnición de San Sebastían, unos 9.000 soldados franceses del Cuerpo de Ejército de la Derecha, de las divisiones de Maucune y Lamartiere, al mando del general Reille, cruzan la madrugada de hoy a la orilla sur del río Bidasoa por vados cerca de Hendaya, con el objetivo de auxiliar a sus compañeros cercados, que esperan un ataque aliado de forma inminente.

Protegiendo el flanco derecho de los angloportugueses del Marqués de Wellington que atacarán la capital dentro de una horas, se encuentran desplegadas las 3ª, 5ª y 7ª divisiones del 4º Ejército Español, apostadas en la línea de colinas y montes del pueblo de San Marcial. Detrás de ellas se hallan en reserva dos brigadas de la 4ª división y la división también española de Longa.

A las 08:00 horas, los franceses arrollan los puestos avanzados españoles y avanzan hacia el sur, llegando al pueblo de Soroya, donde son rechazados por las densas descargas de fusilería del regimiento Asturias. Reille retrocede y tiende un puente más al oeste, cerca de Las Nasas, amparado por baterías emplazadas al norte del Bidasoa, en el monte Louis XIV, que mantienen alejadas a las unidades españolas de vanguardia.

Las divisiones francesas cruzan el puente y atacan el centro de la línea española, siendo arrojados colinas abajo por tropas de la división del general Porlier y un batallón de Marina. reteniendo tan sólo el monte Irechaval. Reille reagrupa a sus hombres y dirige otro ataque contra la izquierda hispana, defendida por una brigada de la 3ª división del general Ezpeleta, que ante la presión de la embestida se repliega en orden, llegando los asaltantes a su campamento.

El general Mendizábal, comandante de todas las unidades del sector, acude con la división de Porlier y, ordenando furiosas cargas a la bayoneta en las que participan los regimientos de La Corona, Asturias y Guadalajara, y tres batallones de Guipúzcoa, logra expulsar a los franceses de todas las posiciones que habían ganado, obligándoles a retroceder por el puente y los vados, debiendo volverse derrotados a la orilla norte del Bidasoa al anochecer, bajo una lluvia torrencial.

Los franceses sufrieron unas 3.600 bajas, y los españoles, unas 2.600; mientras se libra esta batalla, los aliados ingleses y portugueses consiguen entrar en San Sebastián. Este ha sido el último gran enfrentamiento en suelo español de la Guerra de Independencia, en lo sucesivo los grandes combates se librarán en el sur de Francia.

Tras la batalla, Wellington da una arenga en el Cuartel de Lesaca, publicada en La Gaceta de Madrid, el 19 de octubre de 1813, en la que decía del 4º Ejército Español: "...Cada soldado de él, merece el bastón que empuño con más justo motivo que yo..."

1 septiembre 1813: 

I Combate de Vera.

Ante el avance de los ejércitos aliados, los 10.000 soldados del general Vandamme se retiran al norte del Bidasoa en dirección a Francia, debiendo abrirse camino por el puente de Vera, vigilado por un destacamento del 95º regimiento británico, unos 70 ingleses al mando del capitán Cadoux.

A cubierto, ocupando las abruptas posiciones elevadas que circundan la zona, mantienen a distancia a los franceses disparando durante todo el día, sin recibir refuerzos, hasta agotar su munición, retirándose al anochecer. Solo entonces las tropas de Vandamme se atreven a cruzar el puente, abandonando antes su artillería y bagajes.

 8 septiembre 1813:

Fin del Sitio de San Sebastián.

Cuando los aliados asaltaron con éxito los muros de la ciudad el pasado 31 de agosto, la guarnición francesa al mando del general Rey se retiró a la ciudadela del Castillo de la Mota, continuando aquí su desesperada y tenaz resistencia. Los ingleses del general Graham trasladan 59 piezas de artillería, entre las que sólo hay 17 cañones pesados, siendo las demás morteros y obuses, que distribuyen en tres baterías.

A las 09:00 horas de hoy, los artilleros británicos abren fuego con todos sus cañones, derrumbando los muros del Mirador y la batería de la Reina, descabalgando sus piezas; hasta que uno de los proyectiles acierta en el polvorín de los defensores, volando todas sus municiones de cañón y fusil con gran estrépito.

Sin posibilidad de continuar la defensa, el general Rey capitula y envía un coronel con bandera blanca a parlamentar. El general Graham le recibe cortésmente, diciéndole: "...después de la brillante defensa que han hecho vuestras tropas, no pueden considerarse vencidas y tienen derecho al dictar condiciones..."

Mañana desfilarán fuera del castillo 1.850 franceses, 481 de ellos enfermos o heridos, con sus estandartes desplegados, recibiéndoles los aliados en formación, brindándoles una rendición honrosa; el general Rey y sus hombres son hechos prisioneros.

Sin embargo, la moral de los ingleses es muy baja; quejándose del retraso de las pagas, y negándose a comer bacalao, el único alimento disponible, como hacen los españoles. Se emborrachan a diario en francachelas y están al borde de la insubordinación. Wellington intenta elevar su moral, pero alegan que firmaron un contrato con el ejército por su paga y sustento; y que no luchan por su patria, como los soldados españoles. 

Los auténticos perdedores son los civiles. La capital de San Sebastián está arrasada, de sus 600 casas, tan solo unas 40 están indemnes; 1.500 familias se encuentran sin hogar. Una estimación valorará los daños materiales en 102 millones de reales; y sin mencionar las injurias y crímenes de que padecieron de la soldadesca aliada.

Wellington intentará exonerarse de los crímenes cometidos por los soldados británicos contra la población civil, y sus posteriores insubordinaciones, en un despacho dirigido al general Girón el próximo 28 de septiembre, diciendo: "...que yo tengo a mis órdenes a la escoria de la tierra entre todas las naciones del mundo, y se necesita mano de hierro para mantenerlos en orden, y todo género de informaciones para descubrirlos..."

El próximo 20 de noviembre, un juez español abrirá un proceso sobre la autoría del desastre posterior al asalto; Wellington culpa a la guarnición francesa del incendio; en cuanto a los actos de sus hombres, dirá que son "...acciones naturales de la guerra."

 9 septiembre 1813: Tropas del general Manso apresan un batallón italiano en San Sadurní.

12 septiembre 1813:

Combate de Ordal.

El general Suchet parte hoy de su cuartel general en Molins del Rey, al norte de Cataluña, con unos 30.000 soldados franceses, con el propósito de atacar los altos cerca de Ordal, donde acampa la vanguardia aliada en la zona, una división y cuatro batallones al mando del general Adam; unos 4.000 ingleses, españoles, italianos y suizos, con varias piezas de artillería ligera, apoyados por un escuadrón de caballería.

A medianoche, unos 10.000 franceses de la divisiones de Harispe, Delort, y Habert se ciernen sobre el campamento aliado, hiriendo al general Adam. Los ingleses se retiran tras sufrir más bajas, dejando solos a los españoles de los regimientos de Aragón, Cádiz e italianos de varias compañías de Granaderos de Ultonia, unos 3.000 hombres.

Los atacantes son rechazados dos veces por la firme resistencia de los defensores, hasta que flanquean a los aliados envolviéndoles por su retaguardia, debiendo retirarse tras una hora de tensos combates a Villafranca y San Sadurní, sufriendo unas pérdidas de 115 muertos y 330 heridos.

14 septiembre 1813: II Combate de Villafranca.

21 septiembre 1813: Incursión en Coll de Moncada.

 7 octubre 1813:

Los Aliados invaden Francia; II Combate de Vera.

El Marqués de Wellington pretende invadir Francia, para batir a los ejércitos franceses apostados cerca de la frontera, e imposibilitar así a Napoleón invadir la Península Ibérica de nuevo. Con este objetivo despliega a sus ejércitos, unos 115.000 soldados aliados, al noroeste de la frontera, desde la desembocadura del río Bidasoa en la costa del Golfo de Vizcaya, al valle de los Alduides, en los Montes Pirineos.

A la izquierda forman las tropas del general Graham, en el centro, las subordinadas al propio Wellington, entre ellas el 4º Ejército Español del general Freire; a la derecha están la División Ligera de Alten y la divisiones españolas de Longa y Espoz y Mina. Los ejércitos aliados se componen de unos 60.000 británicos, 20.000 portugueses y  35.000 españoles, el resto son italianos, alemanes y suizos.

El mariscal Soult, con cuartel general en la plaza fuerte de Saint Jean d´lux, defiende el suroeste de Francia con su Ejército de España, integrado por unos 80.000 franceses, pero unos 30.000 de ellos han sido recientemente reclutados entre las prisiones y el campesinado, teniendo muy poco adiestramiento militar; aunque se favorecen de estar bien atrincherados en una línea de posiciones elevadas al norte del Bidasoa.

La mañana de hoy las tropas aliadas, organizadas en siete columnas, cruzan el Bidasoa por diversos vados, pisando territorio francés.

Los ingleses y portugueses de la izquierda pasan por los situados entre Fuenterrabía y Behovia, donde el río es más ancho, venciendo la obstinada oposición gala; los españoles del centro cruzan por los vados de Saraburo, Alunda, Las Cañas, Orañibar, Lamiarri y Picagua, tomando a los franceses las alturas de Biratou y Mandale en breves pero intensos combates, que causarían a los españoles cerca de 750 bajas.

A la derecha, la División Ligera de Alten y la de Longa, atacan las trincheras situadas en Vera, tomándolas en dura lucha, pero los franceses resisten en el fuerte que guardaba el derruido puente. Los ingleses lo toman, sufriendo unas 850 bajas.

Habiendo conquistado los aliados la posiciones dominantes, y sin que Soult pueda enviarles refuerzos con la celeridad necesaria, los franceses se retiran tras haber tenido un total de 1.400 bajas, excepto unos pocos que resisten en el monte de L'Rhune.

La madrugada del día 9 de octubre, dos columnas españolas del Ejército de Andalucía del general Girón atacan L´Rhune, montaña de 90 metros de altitud, con ánimo de cercarla, debiendo sus defensores replegarse a la ribera septentrional del río Nivelle, donde el mariscal Soult reagrupa a sus hombres y organiza otra línea defensiva.

Sin embargo, Wellington no desea continuar al norte hasta no haber liberado la ciudad de Pamplona en su retaguardia; donde está la última guarnición francesa en España. Mientras, podrá reunir suministros y sus hombres tendrán tiempo de descansar, los ingenieros españoles aprovechan para reparar los puentes dañados sobre el Bidasoa.

 1 noviembre 1813:

Fin del Sitio de Pamplona.

El 22 de junio, la 3ª división británica del general Picton llega ante la capital de Navarra persiguiendo a los franceses que se retiraban de Vitoria, donde fueron derrotados el día anterior. El rey José abandona la plaza tres días después, dejando unos 3.500 soldados de guarnición al mando del general Cassan, con la misión de obstaculizar el avance aliado resistiendo hasta nueva orden.

Cassan realiza preparativos para aguantar un inminente asedio. Derruye los fuertes de tierra exteriores, que podrían servir a los aliados, y repliega dentro de la ciudadela a todos sus hombres, encerrándose en ella tras hacer acopio de víveres y municiones para varios meses. Los británicos de Picton pronto emplazaron baterías y fuertes en las colinas cercanas de Mendillorí, Mutiloa, Cordovilla, Baranain y Santa Lucía.

A mediados de julio, los ingleses son relevados por el Ejército de Andalucía, unos 15.000 soldados españoles del general O'Donell, que se limitan a cercar la ciudad, por carecer de la artillería necesaria, al necesitarla Wellington en el frontera y el Sitio de San Sebastián. A principios de agosto llegan más regimientos del Ejército de Galicia.

El 25 de agosto, el mariscal Soult cruza la frontera con un gran ejército para liberar la ciudad, llegando el 27 de agosto al pueblo de Sorauren, a escaso kilómetros al norte de Pamplona. Cassen ordena una salida por sorpresa para contactar con Soult, logrando que los sitiadores huyan en un primer momento, hasta que más regimientos gallegos y asturianos del general Carlos de España les empujan de nuevo a la ciudadela.

El 9 de septiembre, al día siguiente de la rendición de la guarnición francesa de San Sebastián, los sitiados realizan otra salida para mostrar su determinación, hiriendo y apresando a Carlos de España con otros oficiales y soldados, pero antes de volver a encerrarse en el castillo la guarnición sufre unas 100 bajas; Cassan lleva a cabo más acciones similares para intentar escapar, sabiendo que no recibirá auxilio de Francia.

El 10 de octubre, Cassan sufre otras 100 bajas en otra salida con en la que esperaba atravesar las líneas españolas, disponiendo incluso la voladura del castillo tras él; pero no tiene éxito y debe volver a su protección. O´Donell advierte a la guarnición que sus tentativas de huída son inútiles, por hallarse los pasos de los Pirineos custodiados por los 8.000 guerrilleros y milicianos de Espoz y Mina.

Para el 24 de octubre, los víveres de los encerrados en la ciudadela de Pamplona se han agotado, y Cassan comienza a parlamentar para obtener el paso libre de toda su guarnición hasta la frontera francesa; pero Wellington, comandante en jefe de los aliados, no permite ninguna capitulación honrosa, desea que los últimos franceses que quedan en España sean apresados y encarcelados en Inglaterra.

El 31 de octubre, cuando el hambre y la enfermedad causan estragos entre la guarnición, Cassan se rinde sin condiciones; al día siguiente, 1 de noviembre, los españoles entran en la ciudadela, hallando 1200 soldados famélicos, 800 heridos y 1.000 enfermos. Así es el final de la presencia francesa en España.

 9 a 10 noviembre 1813:

Batalla del Nivelle.

Después de la rendición de Pamplona, El Marqués de Wellington decide continuar su campaña marchando contra los ejércitos franceses situados al norte de Cataluña, unos 30.000 soldados al mando del general Suchet. Pero el gobierno británico le pide que apoye a los demás ejércitos de la Coalición avanzando hacia París, para que Napoleón repliegue tropas de Europa central, donde los alemanes libran su Guerra de Liberación.

El 9 de noviembre, 90.000 aliados con 100 cañones atacan al Ejército de España, formado por 60.000 franceses al mando del mariscal Soult, desplegados en líneas de trincheras en la ribera norte del río Nivelle, desde su desembocadura en el Golfo de Vizcaya, donde se halla la fortaleza de Saint Jean d'Lux, pasando por Amontz, hasta el monte Mondarmn, cerca del río Nive; también tendrán 100 piezas de artillería.

El 10 de noviembre, tras un intenso intercambio de cañonazos, cinco columnas con 50.000 infantes aliados asaltan el centro francés en Amontz, donde los defensores, muchos de ellos sin experiencia, son derrotados. Soult envía los otros 18.000 soldados que tenía en reserva para formar una segunda línea y cerrar la brecha, pero el masivo ataque aliado les arrolla, partiendo en dos todo su despliegue defensivo.

Los franceses se desbandan en su centro y flanco izquierdo al norte, replegándose su flanco derecho al oeste, al amparo del fuerte de Saint Jean d'Lux; donde se libra otro combate. Por la noche, aprovechando que Wellington acampn en la orilla del Nivelle, el resto de los franceses abandonan parte de sus equipos retirándose hacia el río Nive, al norte, donde Soult organizará otra nueva línea defensiva en su ribera septentrional.

Los franceses han sufrido unas 4.260 bajas en los combates, además de perder otros 1.200 soldados, 51 cañones, con sus municiones y bagajes, que son apresados por los aliados; estos tienen unas 2.700 bajas. Al día siguiente, las vanguardias aliadas llegan a Bayona, en la desembocadura del Nive.

11 diciembre 1813: Tratado de Valençay, Napoleón reconoce a Fernando VII rey de España.
 
10 a 13 diciembre 1813:

Batalla del Nive.

La campaña de Wellington en el sur de Francia se estancó tras la batalla del Nivelle. En noviembre, los gobiernos de Portugal y España se muestran negligentes en el envío de las pagas y abastecimientos que necesitan sus respectivas tropas; los ingleses también se encuentran con problemas de suministros similares.

Sin embargo, los soldados españoles, en parte por no percibir salarios ni comida suficiente, se entregan al saqueo de todos los pueblos cercanos con despiadada crueldad, en venganza por los incontables crímenes que los franceses y sus aliados realizaron en su patria durante los cinco años de ocupación.

Para acabar con estas acciones, Wellington envía a 25.000 de ellos de vuelta a España, rehusando desde ahora comandarles; en consecuencia, varias unidades hispanas abandonan a los aliados retirándose al sur de la frontera, descendiendo el total de tropas aliadas en el suroeste de Francia a unos 60.000 hombres; esta crisis está a punto de deshacer la alianza angloespañola, pero se solventa diplomáticamente.

A principios de diciembre, Wellington se propone reanudar su campaña en la Francia meridional. Sin embargo ahora se encontrará con nuevos contratiempos: el tiempo ha empeorado con la llegada del invierno, y las aguas de los ríos se vuelven demasiado frías para que los soldados aliados puedan vadearlas a pie. 

Sus tropas, por no haber avanzado, están constreñidas en una estrecha franja de terreno entre la costa del Golfo de Vizcaya y el río Nive, sin espacio para poder maniobrar empleando correctamente sus cuerpos de caballería y artillería; ni tan siquiera han podido atacar la débil línea de suministros francesas que abastece Saint Jean du Pied d'Port en la frontera española, y que pasa por todo su flanco derecho.

El 8 de diciembre, Wellington decide ocupar también el lado oriental del Nive para cortar así la ruta de suministros francesa a su principal puesto fronterizo. Una parte de sus fuerzas, al mando de Hill y Beresford, cruzan al este del río por Ustariz y Cambo, mientras otras unidades realizan una maniobra de distracción cerca de Bayona, para que el mariscal Soult no realice un ataque oportunista por la debilitada posición de Irun.

El 9 de diciembre, las divisiones de Hill continúan río abajo, encontrando resistencia francesa en Villafranque, donde empujan a los franceses sufriendo escasas bajas. Tras completarse la maniobra, la línea aliada quedan separada por el Nive; al oeste del río hasta la costa quedan desplegados los hombres al mando del general Hope, y al este del Nive, se encuentran las tropas de Hill y Beresford..

La mañana del 10 de diciembre, el mariscal Soult, informado de la separación física y la división numérica de las fuerzas aliadas, sale de Bayona con 60.000 hombres y 40 cañones, atacando a los 30.000 soldados con 24 cañones de Hope, que se hallan acampados en un cerro a tres millas al sur de Biarrtiz, entre los lagos de Arcangues.

Los ingleses consiguen mantenerse debido al lento avance de las tropas de Soult, hasta que Wellington cruza a la orilla izquierda del Nive con las divisiones de Beresford; los franceses se repliegan tras librar otro combate cerca de Anglet.

Los días siguientes, del 11 al 12 de diciembre, los combates continúan de forma esporádica cerca de Barrouillet, siendo estos enfrentamientos de escasa envergadura.

El 13 de diciembre, Soult, al mando de 35.000 franceses, realiza un vehemente ataque contra las tropas aliadas situadas en la margen derecha del Nive, unos 14.000 ingleses al mando del general Hill, que desde hace tres días ocupan la línea de alturas que van desde Villafranque pasando por Saint Pierre hasta Vieux Moguerre, cortando la ruta de comunicaciones a Saint Jean du Pied d'Port.

En Saint Pierre la lucha es particularmente sangrienta; los ingleses se defienden durante horas sin recibir ningún refuerzo aliado de la ribera izquierda, pues los ingenieros tienen que volver a tender pontones sobre el Nive; los que había fueron arrastrados por la corriente la noche anterior. Para cuando Wellington puede cruzar al este, los británicos de Hill ya han logrando rechazar a las tropas de Soult, que se retiran del río Adour.

Durante todos los combates, los franceses tuvieron unas 7.000 bajas, la mayoría de ellas en el enfrentamiento cerca de Saint Pierre. Los ingleses poco más de 5.000; destacándose en esa villa las acciones de la infantería y la artillería angloportuguesa.

29 diciembre 1813: Napoleón obliga a su hermano José a abdicar de la Corona de España.
 
 

Aquí finaliza esta cronología. 

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