DE RE MILITARI

 Lista de correo de aficionados a la Militaria

 

Cronologías

 

 

  

Las Guerras Napoleónicas 

Apéndice al Capítulo XXVI

Enero a mayo 1814

 

Índice de épocas y temas, disponibles en esta página:

Fin Guerra de Independencia Española; Invasión de Francia meridional: 1814.

u Volver a Portada de Guerras Napoleónicas


Las Guerras Napoleónicas: Capítulo XXVI

Fin de la Guerra de Independencia Española.

 

Invasión Aliada de Francia Meridional.
 
 
1814
 

 1 enero 1814: El general Blücher inicia su campaña en la Francia Septentrional.

16 enero 1814: II Combate de Molins del Rey; el general Clinton derrota a Suchet.

 7 febrero 1814: Comienza el cerco de Barcelona, por el general británico Clinton.

15 a 26 febrero 1814:

Wellesley reanuda su campaña en Francia.

Dos meses después de que los grandes ejércitos de la Coalición hayan invadido la Francia septentrional, el Marqués de Wellington, Arthur Wellesley, retoma la ofensiva aliada desde la Línea del Nive. El ala izquierda está a cargo del general Hope, al sur de Bayona; el centro, por los generales Beresford y Hill, en la ribera sur del Adour y la villa de Joyouse, y el ala derecha está ante Saint Joan Pied d'Port.

Napoleón centra su atención en la defensa de París, dejando al mariscal Soult la defensa de la Francia meridional al mando del denominado Ejército de España, desplegado desde Bayona hasta Pau por la ribera norte del río Adour, y de Bidouze a Saint Palais, con puestos avanzados en Joyeuse y Saint Joan Pied d'Port. Aparte de las guarniciones de las plazas fuertes, Soult dispone de unos 40.000 soldados disponibles para maniobrar.

Wellesley planifica iniciar sus operaciones completando el bloqueo de la plaza fuerte de Bayona, para lo cual debe cruzarse el Adour y rodearla por el norte, para después continuar avanzando con el resto del ejército aliado hacia el interior de Francia, dejando atrás a la guarnición sitiada, hasta que se rindiese por hambre o capitule sin condiciones. Al este, el general Clinton intenta expulsar al mariscal Suchet del norte de Cataluña.

Pero cruzar el Adour no es fácil; su desembocadura de unos 400 metros de anchura es navegable sólo por pequeñas embarcaciones de poco calado, que aún así pueden quedar varadas en bajíos, y en la arenosa ribera del norte los carros cargados de impedimenta podrían hundirse y quedar atascados.

El Marqués de Wellington ordena incautar todos los pequeños barcos que puedan hallarse entre Saint Jean Pied d'Port y Pasajes, para transportar a la ribera norte a los 30.000 soldados del general Hope, cuya misión será rodear el norte de Bayona, y al resto del contingente aliado, que avanzará contra la izquierda de la línea de Soult.

El general Hill es el primero en iniciar el avance aliado hacia el norte, combatiendo a los franceses en Garris el 15 de febrero, y obligándoles a retirarse de Joyeuse; Wellington entabla otro combate en Arriverayte, empujando a los franceses lejos de Bidouze, retirándose hacia el río Gave d'Oleron.

El 19 de febrero, Soult deja en Bayona a 10.000 soldados, y con otros 40.000 marcha hacia Orthez, mientras Wellington se dirige a Saint Jean d¨Luz para supervisar el cruce del Adour; pero el clima empeora y encarga al general Hope y al almirante Penrose dirigir  la operación, mientras el retorna a la línea del frente francés del Gave d'Oleron, asaltando Saint Etienne el día 25, los franceses se retirarán.

El 22 de febrero, los primeros 600 soldados aliados cruzan el Adour cerca de Pasajes en los botes incautados. Los confiados franceses no se percatarán de la maniobra aliada hasta el 26 de febrero, intentado abortarla, pero los británicos les contraatacan utilizando los novedosos cohetes Congrave, y se repliegan sumidos en una total confusión.

Los ingenieros aliados apartan 26 de los barcos incautados para ensamblar un puente por el que cruzar el Adour cerca de Pasajes, concluyéndolo a mediodía del 26 de febrero; por él podrán cruzar la caballería, la artillería y los carruajes a la orilla norte, donde los zapadores levantan un fortín defendido con 8.000 soldados como cabeza de puente.

Al anochecer del 26 de febrero, la mayoría de los soldados del general Hope ya han cruzado el río y marchan hacia el norte de Bayona para completar su cerco.

27 febrero 1814: Comienza el sitio de Bayona, por tropas del general Hope.

27 febrero 1814:

Batalla de Orthez.

Según lo había planeado, el Marqués de Wellington ordena al general Hope el inicio del sitio de Bayona, mientras él mismo, tras haber cruzado el río Pau con 37.000 soldados y 48 cañones, avanza hacia Orthez para atacar la línea francesa desplegada al oeste.

El mariscal Soult despliega al sur de Francia unos 40.000 soldados y 40 cañones en tres sectores. El centro está mandando por el general Drouet, la derecha por el general Reille y la izquierda, defendiendo la plaza, el general Claussel. Las posiciones francesas son buenas, defendiendo unas colinas que baten los caminos hacia Dax y Saint Sever.

El general Beresford, al mando de tropas portuguesas, ataca el flanco derecho francés, pretendiendo envolverlo y cortar el camino de Dax, mientras los ingleses de Picton atacan contra el centro, y los hombres del general Hill avanzan hacia el camino de  Saint Sever.

Beresford, obligado a combatir en un terreno adverso, es rechazado por las tropas del general Reille, que comienzan a avanzar para hostigar su repliegue. Wellesley se percata entonces de que el flanco derecho del centro francés queda expuesto, y envía a la División Ligera del general Alten a ocupar las colinas abandonadas por los franceses en avance.

Picton ataca con sus divisiones contra el centro francés. Las tropas de Drouet pasan a la defensiva formando en cuadros, pero ante la cercanía de la División Ligera en su flanco derecho comienzan a ceder terreno, en buen orden, dejando atrás a sus compañeros de los flancos, que se ven obligados a retroceder con ellos para no quedarse solos.

Por entonces, el general Hill había continuado su maniobra entorno al flanco izquierdo francés al mando del general Claussel, logrando envolver a sus tropas por detrás de Orthez, amenazando con cortarles la retirada o atacarlas por la retaguardia. El mariscal Soult ordena a su ejército retirarse en orden hacia Saint Sever para evitar un cerco.

Los franceses se repliegan en todo el frente ante la presión aliada, rompiéndose su cohesión y emprendiendo la huída en desbandada, acosados por los jinetes e infantes angloportugueses, que les persiguen implacablemente de cerca a sable y bayoneta, causando una masacre entre los fugitivos que no se rinden; los supervivientes se dispersan en todas direcciones. Los aliados entran en Orthez sin mayor dificultad.

Soult pierde unos 4.000 hombres entre muertos heridos, otros 2.000 son apresados con 6 cañones y otros 6.000 más desertarán al no presentarse en Saint Sever. Wellington tiene unas 2.300 bajas, de los cuales 600 son portugueses.

 2 marzo 1814:

Combate de Aire.

Tras la batalla de Orthez, las tropas aliadas están exhaustas y no pueden aprovechar su victoria, pudiendo el resto del Ejército de España del mariscal Soult marchar desde Saint Sever hacia el este, llegando a la villa de Aire, donde puede proteger los caminos a las importantes ciudades de Bordeaux y Toulouse. Wellington envía al general británico Hill hacia Aire, llegando antes de que los defensores hubiesen tomado posiciones. Tras un breve combate que a a los aliados les cuesta unas 150 bajas, les expulsan del sector y les obligan a emprender una larga retirada, impidiéndoles formar una nueva línea defensiva.

 2 marzo 1814: El mariscal Suchet cruza los Pirineos, retirándose a Francia.

12 marzo 1814:

Capitulación de Bordeaux.

Tras romper el frente francés en Orthez, el Marqués de Wellington envía al general británico Beresford con las 4ª y 7ª divisiones, unos 22.000 soldados angloportugueses, a tomar la importante ciudad de Bordeaux.

Pero ante su llegada, los habitantes partidarios de la restauración del Antiguo Régimen se hacen con el control, informando al Marqués de Wellington de que le abrirán las puertas amistosamente; la guarnición capitula hoy ante Beresford sin oponer resistencia.

La 7ª división se queda en la villa mientras Beresford y la 4ª división vuelven junto a Wellington el 16 de marzo, para reanudar la persecución de la retirada del Ejército de España del mariscal Soult, que pronto será más bien una huída desesperada; incluso tratará de alzar en armas a los campesinos, en vano.

17 marzo 1814: Incursión del capitán francés Daunia.

19 marzo 1814: Combate de Bigorre.

20 marzo 1814: Combate de Tarbes.

24 marzo 1814: Combate de Etauliers; Soult se refugia en Tolouse.

27 marzo 1814: Comienza el sitio aliado de Toulouse.

27 marzo 1814:

Fin del Sitio de Santoña.

El Brigadier Diego del Barco, al mando de unos 3.000 soldados y 6 cañones, sita la villa amurallada de Santoña, donde está cercada una pequeña guarnición francesa abandonada a su suerte poco después de la batalla de Vitoria el pasado año. El 13 de febrero los españoles toman el fuerte del Puntal y el 21 el de Laredo, en cuyo asalto resulta herido de muerte el Brigadier; la plaza resulta indefendible, y su guarnición, que no tiene ninguna esperanza de ser socorrida, se rinde hoy.

31 marzo 1814: Los aliados entran en París.

 6 abril 1814: Napoleón Bonaparte abdica como Emperador de Francia.

 8 abril 1814: Combate de Croix D'Orade.

10 abril 1814:

Batalla de Toulouse.

El 24 de marzo, el mariscal Soult llega a Toulouse al mando de los restos del Ejército de España, constantemente hostigado por el el ejército aliado del Marqués de Wellington, Sir Arthur Wellesley.

Los soldados franceses se hallaban en un estado lamentable: 8.000 de ellos no tenían zapatos, y varios miles más carecían de parte de su equipo, abandonado durante su apresurada huída. Pero en Toulouse se encuentran dentro de una plaza fuerte con suministros y refuerzos; los defensores suman 40.000 soldados, más otros 2.000 voluntarios de la Guardia Nacional, y 80 cañones.

La ciudad es una plaza fuerte antigua, rodeada por alto y grueso muro con torres. Al oeste fluye el río Garonne, a cuya orilla izquierda está el reducto de Saint Cyprien, encima de una colina; al este de la ciudad están los suburbios de Saint Etienne y Guillermerie, el Canal de Languedoc que fluye desde el norte y las colinas de Calvinet, de unos 600 pies de altura, y sobre las cuales los franceses tienen trincheras y reductos, los principales son Augustins y Sypiere, sobre el Monte Rave.

El 27 de marzo Wellesley reagrupa a sus fuerzas y acude a sitiarla con 50.000 soldados, unos 10.000 de ellos españoles, y 64 cañones. Los aliados intentan cruzar el Garonne, pero los pontones no llegan a la otra orilla por unos ochenta pies, por lo que se detienen a esperar más material. El 30 de marzo vuelven a intentarlo una milla más al sur, pero en esa zona los caminos no permiten el tránsito de carros con impedimenta y deben desistir.

El 4 de abril, los aliados logran tender un puente unas millas más al norte, y Beresford lo cruza el mismo día con 19.000 soldados antes de que una intensa lluvia cause una crecida en el río arrastrando los pontones, dividiendo al ejército de Wellesley hasta que el 7 de abril puedan reconstruir el puente y comienzan a cruzarlo el resto de las unidades.

El 9 de abril Wellesley reúne a sus tropas y planifica la ofensiva. El general Hill avanzará hacia el suburbio de Saint Cyprien, y el general Picton, con la 3ª división y la División Ligera, presionará sobre el Canal de Languedoc al norte de la ciudad; ambas serán sólo maniobras de distracción. Mientras, el general Beresford con las 4ª y 6ª divisiones, realiza al asalto principal aliado, cuyo objetivo serán las posiciones francesas al sur de colinas de Calvinet; los españoles del general Freire le apoyarán atacando los puestos del norte.

A las 05:00 de la madrugada del 10 de abril, Hill comienza su maniobra de distracción al oeste del Garonne, dirigiéndose hacia Saint Cyprien, pero sin llegar a asaltarlo, para atraer al máximo de defensores posibles. Pero el mariscal Soult no se deja engañar y envía todos sus refuerzos al reducto del Monte Rave, al sur de las colinas de Calvinet.

Al norte, Picton avanza hacia el Canal de Languedoc, tan poco defendido que ordena a la brigada del general Brisbane tomar el puente que cruza a Toulouse, desobedeciendo el mandato de Wellesley, pues la suya debía ser otra maniobra de distracción; la División Ligera del general Alten se ciñe a su misión, merodeando por el puente de Matabiua.

Al sur, Beresford avanza con sus dos divisiones mientras Freire aguarda al este de las colinas Calvinet, pues Wellesley le ha ordenado que debe esperar la llegada del primero para atacar juntos de forma coordinada. Sin embargo, los hombres de Beresford son bombardeados por la artillería francesa del Monte Rave cuando están sólo a una milla de distancia, y deben emplazar sus cañones para abrir fuego de contrabatería.

Freire escucha los cañonazos de Beresford y cree que ya se halla asaltando el Monte Rave, por lo que ordena a sus dos brigadas de españoles pasar al asalto, quedando inmediatamente expuestos en solitario ante la artillería de los reductos, que causa estragos entre los hispanos; los supervivientes huyen en desbandada hacia sus posiciones iniciales.

Wellesley ordena a Beresford que asalte los reductos cuanto antes para evitar la masacre de los hispanos, pero no acata la orden y avanza más al norte, con el propósito de atacar desde el lugar previsto, menos expuesto al fuego de los tiradores franceses.

Los británicos ascienden una milla y media hasta la cima del Monte Rave, y tras derrotar a dos brigadas francesas que les salen al paso, libran una lucha encarnizada con los defensores del  reducto de Sypiere, y consiguen tomarlo.

Hacia las 16:00 horas, la 6ª división avanza hacia las posiciones francesas en las colinas del norte, mientras aún se lucha por el reducto de Augustins, hasta que media hora después el mariscal Soult ordena a sus defensores que lo evacuen. Entre tanto, Picton intenta otro ataque en el norte de Toulouse que termina infructuosamente.

El Marqués de Wellington ordena emplazar baterías en las cimas recién conquistadas, para comenzar el bombardeo de los muros de Toulouse cuanto antes, operación dificultosa por lo escarpado del terreno.

A las 17:00 horas, los franceses han sido expulsados o se han retirado de todas sus fortificaciones en los Calvinet. Los combates se detienen mientras los británicos emplazan su artillería en estas posiciones elevadas, ante la mirada impotente de los defensores. Soult opta por evacuar la ciudad en la madrugada, encaminado sus tropas hacia Carcassone; el Marqués de Wellington entra en Toulouse al día siguiente, 11 de abril.

Los aliados sufren 4.558 bajas y los franceses 3.236. Esta cruenta batalla no debió haberse librado por haber abdicado Napoleón el 6 de abril, pero los comandantes adversarios lo ignoraban.

El 13 de abril Wellesley es informado de esta circunstancia y de que los aliados han entrado en París amparando la formación de un nuevo gobierno, dando por terminada su campaña. El mariscal Soult se rendirá cinco días después.

11 abril 1814: Napoleón firma el Tratado de Fontainebleau.

14 abril 1814:

Combate de Bayona.

Los aliados cercan la plaza fuerte de Bayona desde el 27 de febrero. A pesar de que el gobernador, el general Thouvenot, conoce la noticia de la abdicación de Napoleón acaecida el 6 de abril, decide intentar una salida para no tener que rendirse.

La noche de hoy, aprovechando que no hay luna, la mitad de los 10.000 sitiados abandonan su fortaleza y atacan las líneas inglesas, sumiéndolas en una gran confusión.

Los británicos traen rápidamente refuerzos y sellan la brecha, debiendo los franceses volver a encerrarse en la ciudad tras haber sufrido unas 891 bajas por 843 aliadas, entre ellas el general Hay, que resulta muerto, y el general Hope, hecho prisionero. Thouvenot capitulará el 27 de abril, para entonces las bajas de ambos ejércitos serán de un millar.

16 abril 1814: Combate de Barcelona.

17 abril 1814:

Fin de la Guerra Peninsular.

El mariscal francés Soult firma un armisticio con el general Arthur Wellesley, concluyendo así oficialmente la campaña británica en España, que ha terminado en el interior de Francia tras seis años de combates, batallas y asedios. Los soldados más veteranos han recorrido en este período unas 6.000 millas; nunca han sido derrotados bajo mando directo del Marqués de Wellington.

La Guerra Peninsular, como la conocen los ingleses, ha sido una de las principales causas de la caída del I Imperio Francés; una contienda en la que los soldados ingleses han mostrado una gran capacidad de resistencia y un sobrio coraje, valores imbuidos por la severa disciplina del Ejército Británico, y que, con la inestimable ayuda de los portugueses y españoles, les ha hecho alcanzar la victoria.

La expedición de Wellington tuvo unas limitaciones que aumentan el valor de su hazaña. Sus efectivos en España jamás superaron los 60.000 soldados, y siempre escasearon los ingenieros, mineros y zapadores. Los suministros de herramientas y materiales para estos fueron ajustados, como la artillería o su municionamiento, cuya carencia o ausencia estuvo a punto de hacer fracasar algunas operaciones.

Las tropas británicas retornan a su patria; una parte embarcará hacia Norteamérica, donde Inglaterra libra una guerra contra los jóvenes Estados Unidos desde 1812. Los combatientes españoles y portugueses vuelven igualmente a sus respectivos países, y los soldados franceses serán redistribuidos entre diversos guarniciones y cuarteles, pasando a estar al servicio de Luis XVIII de Borbón, el que será nuevo rey de Francia.

Wellesley será destinado a París como embajador del gobierno británico, que en agradecimiento por estos años de servicio le aumentará su sueldo, convirtiéndose en un hombre rico y un héroe de fama internacional. La corona le concederá el título de Marqués de Douris y le ascenderá a Duque de Wellington, como será conocido. Los generales Beresford, Graham y Hill recibirán diversos títulos de nobleza.

27 abril 1814: Fin del Sitio de Bayona.

 3 mayo 1814: Arthur Wellesley es ascendido a Duque de Wellington.

 3 mayo 1814: Luis XVIII de Borbón entra en París como rey de Francia.

 4 mayo 1814: Napoleón Bonaparte es desterrado a la isla de Elba.

13 mayo 1814:

Fernando VII regresa a Madrid.

El 7 de marzo, Napoleón autoriza el regreso del depuesto monarca Borbón español, permitiéndole recuperar su trono de acuerdo a lo que reconoció en el tratado de Valençay. El día 22 de marzo el rey cruza la frontera y vuelve a España, llegando a Valencia el 10 de abril, donde es vitoreado por sus muchos partidarios.

Hoy, con el retorno de Fernando VII "El deseado" a Madrid, entre el clamor de la multitud y escoltado por tropas del general británico Whittingham, se puede dar por concluida la Guerra de Independencia Española.

Las consecuencias principales del enfrentamiento de 1808 a 1814 fueron varias. Lo más importante es que ha causado cerca de 1.000.000 de muertos y heridos.

En el aspecto económico, reseñar que los saqueos franceses, la pérdida de mano de obra y el esfuerzo bélico hispano condujeron a un progresivo endeudamiento de la Hacienda pública, y a un empobrecimientos general del país. Hubo una creciente inflación que produciría un alza de los precios de los productos elementales de consumo y las materias primas, a lo cual contribuyó la pérdida de infraestructuras como puentes, el cese de la actividades fabriles y la ralentización de las mercantiles.

Esta ruina económica influenciaría en la pérdida de los Virreinatos Americanos. La armada española, muy perjudicada durante la guerra contra Inglaterra hasta 1808, y en particular tras su derrota en Trafalgar en 1805, no podría ser mantenida, reparada o renovada; motivando que las fuerzas regulares y leales en América no pudieran ser reforzadas, debiendo enfrentarse a los independentistas sin apoyo peninsular hasta 1815, cuando se enviará una flota de 60 barcos, muchos alquilados, con 2 regimientos de caballería,  5 batallones de infantería y 6 baterías de cañones, al mando de Pablo Morillo.(1)

En la Península Ibérica, fueron las tropas regulares aliadas las que libraron las batallas y los asedios, alcanzando finalmente la victoria, pero las operaciones de los caudillos guerrilleros distrajeron a las tropas francesas, aportaban a los comandantes regulares una valiosa información sobre sus movimientos, robaban sus convoyes y les inferían graves daños cuando les atacaban o emboscaban. Por ejemplo, y según sus Hojas de Servicios, Espoz y Mina causó unas 40.000 bajas y Longa unas 8.300.

Comentar al respecto que, según las cartas que mandaban a Francia, los invasores jamás se sintieron seguros en España fuera de sus guarniciones; su moral era bajísima. La guerra en España fue excesivamente cruel a diferencia del resto de Europa, y se dieron episodios de barbarie; era frecuente no dar cuartel o torturar a los cautivos.

Del nuevo panorama social español de posguerra cabe destacar que con la expulsión de los franceses se produjo el exilio de intelectuales y artistas partidarios de las ideas revolucionarias y napoleónicas, los llamados "Afrancesados". Muchos de los que se quedan en España serán investigados, como le ocurriría el mismo Goya, el que fuese Pintor de Cámara de la Corte, y que realizaría una conocida serie de obras sobre la Guerra de Independencia, llamada "Los desastres de la guerra".

En el ámbito político, los acontecimientos durante la invasión aceleraron la decadencia del Antiguo Régimen, con la proclamación de la Constitución liberal promulgada en Cádiz en 1812. El consejo de Regencia advirtió a Fernando VII el pasado 2 de febrero que debería jurarla si quería gobernar España compartiendo su poder con el pueblo.

Pero "El Deseado" no quiere perder su omnipotencia, y una vez en territorio español recaba el auxilio de sus partidarios. El 16 de abril se publica el "Manifiesto de los Persas", redactado por diputados leales al absolutismo. El 4 de mayo, el rey firma un Real Decreto declarado nula la Constitución, los decretos promulgados por las Cortes y el delito que supone su defensa, divulgándose en la Gaceta de Madrid el 11 de mayo.

Finalmente, con el apoyo de la división del general Elio y de los soldados del general Eguía, al que nombra Capitán General de Castilla, hace arrestar a gran parte de los regentes, ministros y diputados liberales de las Cortes; solo entonces Fernando VII entrará en Madrid, iniciando un reinado intransigente y conservador; incluso volverá a restablecer la Santa Inquisición. Una parte del pueblo español se sentirá defraudado.

Con la llegada de Fernando VII a Madrid se inicia un turbulento período de la historia de España, ya por completo al margen del final de las Guerras Napoleónicas. (2)

(1) Ver hitos de Independencia América Española en Cronología de Hispanoamérica.

(2) Ver fechas de acontecimientos posteriores en Cronología de Historia de España.

 


Aquí finaliza esta cronología. 

u Volver a Portada de Guerras Napoleónicas

Si eres miembro De Re Militari, También puedes consultar otros Servicios en Línea.